La Escuela Municipal de Música desafina mucho este curso. Un nuevo reglamento, menos alumnos de los previstos o las denuncias judiciales han generado muchas dudas sobre su continuidad. Esto ha provocado la movilización de padres, alumnos y profesores, aunque eso no ha sido suficiente para llegar a un acuerdo entre el Ayuntamiento y la empresa concesionaria de su gestión.
Las posturas cambian por momentos. Ayer, por ejemplo, era el día fijado para finiquitar la relación contractual entre el Consistorio y la empresa gestora, pero a última hora de la mañana esta última cambió de actitud y anunció que continuaría un mes más. Aunque, desde la empresa matizaron que «la inviabilidad económica del último contrato de prestación del servicio, firmado el pasado mes de agosto después de una modificación de los pliegos por parte del Ayuntamiento, que fue muy criticada tanto por los padres de alumnos como por los profesores, continúa». De hecho, ha reclamado al Ayuntamiento por vía contencioso-administrativa 58.000 euros del primer trimestre y cuando concluya este segundo, parece que realizará la misma demanda.
Sin embargo, ayer presentó un escrito en la Concejalía de Participación Ciudadana para continuar «un mes más con la actividad y dar tiempo a un posible nuevo acuerdo con el Consistorio o a que se busque una nueva adjudicataria que se haga cargo de la concesión».
Daños y perjuicios. Esta propuesta ha sorprendido a la concejala de Participación Ciudadana, Domi Fernández, que considera que la Escuela de Música «está a merced de un empresario». Además, Fernández anunció que el asunto se ha puesto en manos de los servicios jurídicos municipales para estudiar si «se piden daños y perjuicios porque este señor está jugando con todos y no obra de buena fe».