El 'show' de Jonathan Pereira

Óscar Fraile
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El delantero se estrenó como titular y firmó uno de los mejores partidos de su carrera con tres goles y dos asistencias a Mojica y Óscar

Jonathan Pereira celebra con Mojica uno de los cinco goles que el Real Valladolid marcó ayer en Mallorca. - Foto: Óskar Quitgles

El Real Valladolid pasó ayer como un ciclón por el Iberostar Estadi para llevarse una contundente victoria por 1-5. Tres puntos que tienen nombre propio: Jonathan Pereira. El delantero vigués dio un auténtico recital en Mallorca, no solo por su capacidad goleadora (hizo tres de los cinco tantos), sino por su movilidad, su visión de juego y su exquisita precisión en el pase.


Y eso que el comienzo del Valladolid resucitó la pesadilla vivida siete días antes frente a la UE Llagostera. No se había cumplido el minuto cuatro cuando el portero balear sacaba en largo, Fofo peinaba el balón con la cabeza y Marco Asensio encontraba una autopista por el centro de la defensa pucelana para plantarse frente a Varas y marcar el primero de tiro cruzado.


Golpe bajo a los cimientos del equipo que, pese a todo, no se derrumbó. De hecho, solo tres minutos más tarde Marc Valiente no llegó a rematar de cabeza un centro desde la izquierda de Óscar que podría haber sido el empate.


Una igualada que llegaría en el minuto 17, cuando Mojica dio un pase a Jonathan Pereira sin aparente peligro para el rival. Pero el vigués se inventó una espuela que le sirvió para encarar portería, quedarse solo frente a Cabrero y batirle por bajo.


Comenzaba el espectáculo del delantero. Tanto es así que solo tres minutos después firmaría el segundo. El viento frenó un pase en profundidad desde la medular pucelana, lo que provocó indecisión en la defensa balear. Mojica estuvo mucho más listo, se hizo con el balón y cedió a Pereira, que batió otra vez a Cabrero de tiro ajustado al palo. Y cinco minutos después llegó el tercero. Un pase en profundidad de Leao llegó otra vez a Pereira, que estaba incomprensiblemente solo. Controló, levantó la cabeza y cedió atrás para que Mojica la empujase. En diez minutos el Valladolid había hecho tres goles con un grado de efectividad letal, con el viento en contra y con Pereira manejando la batuta a su antojo.


El Mallorca no se resignó e intentó acortar distancias antes del descanso. Pero ni Fofo, que lanzó a las manos de Varas cuando lo tenía todo a favor; ni Bustos, cuyo lanzamiento desde fuera del área se estrelló en el larguero después de tocar en un defensa; ni Joselu, que remató de cabeza a la salida de un córner, consiguieron perforar la portería pucelana.


Ahí se acabó todo el bagaje ofensivo del Mallorca. La poca pólvora que le quedaba se mojó a los tres minutos de la segunda parte, cuando una pared entre Jonathan Pereira y Óscar se saldó con un gran pase del salmantino y una perfecta definición del vigués para anotar su tercer gol, el cuarto de su equipo.


El Valladolid no arrollaba con su juego al Mallorca, pero cada llegada era un gol. Todo precisión. Todo efectividad. Todo Jonathan Pereira. O casi todo, porque todavía le quedaba algo más que dar. Un pase de tiralíneas que en el minuto 62 dejó solo a Óscar ante el portero. Papeles cambiados respecto a la jugada anterior, pero mismo final. El balón en el fondo de las mallas gracias a un toque con el exterior de Óscar.


Rubi consideró que ya era suficiente y decidió dar descanso a Jonathan Pereira, que ayer jugó su primer partido como titular. En el minuto 67 dejó su puesto a Omar y el Iberostar Estadi se rindió al pequeño delantero. Aplausos para despedirle y una sonrisa en su cara que lo decía todo.


Quedaban 25 minutos, pero el partido ya había acabado. El Valladolid bajó su intensidad y se limitó a esperar a que pasase el tiempo. Y el pitido final devolvió otra sonrisa. La de Jonathan Pereira. La de todo el equipo.