La revolución de las especies

L. SIERRA (ICAL) / Burgos
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Los responsables del yacimiento de Atapuerca proponen a la comunidad internacional reemplazar el mapa actual de la evolución humana para incluir a los hombres que poblaron la sierra burgalesa considerados los primeros europeos

La revolución de las especies

Atapuerca podría cambiar el mapa de la especie humana. La aparición de 17 cráneos, algunos de ellos completos, y cerca de 6.500 fósiles en el yacimiento de Sima de los Huesos durante los últimos 20 años, ha llevado a los responsables de los yacimientos más mediáticos de toda Europa a proponer a la comunidad internacional reemplazar el mapa de nuestras especies para incluir a los hombres que poblaron la sierra burgalesa. Además de la especie Homo Antecessor, cuyos restos salieron a la luz hace ahora dos décadas en el yacimiento de Gran Dolina,  Juan Luis Arsuaga considera que en la sima podría haber una especie propia, emparentada directamente con los neandertales y fundamental en el estudio de estos homínidos.
 
Se trataría del ‘tío abuelo de los neandertales’. Así lo atestigua un cráneo arcaico con una clara semejanza con la especie neandertal, último eslabón con el Homo Sapiens. Así lo entiende Arsuaga, partidario de cambiar una taxonomía «anticuada» que se dio por buena hace más de un siglo cuando nada se conocía de la sierra burgalesa. Ha sido precisamente Atapuerca, y la aparición de miles de fósiles de dos especies determinadas (Homo Heilderbergensis y Homo Antecessor) la razón que ha impuldado a Arsuaga y a sus colegas, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, a plantearse el reto de convencer a la comunidad internacional de que es necesario incluir y restar especies en un mapa elaborado cuando no existían los ordenadores ni la televisión en color.
 
Lo que no desvelan los responsables de esta nueva teoría es si se incluirían una o dos especies en el informe que planteen en próximas fechas a la comunidad científica internacional. «Podría haber una propia en Sima de los Huesos», confesó Arsuaga, quien entiende que cien años después de que se diera a conocer la especie Heilderbergensis a partir de una mandíbula hallada en el yacimiento germano de Heidelberg «es extraño» que se compare la especie con los patrones de una mandíbula cuando en Sima de los Huesos han aparecido miles de fósiles de esta especie en un ramo temporal amplio.
 
Es precisamente esa amplitud temporal que va desde los 300.000 a los 500.000 años de antigüedad, la que lleva a Arsuaga a pensar en la posibilidad de formular una especie de la propia Sima de los Huesos para acotar un espacio demasiado amplio cuando se habla de tantos fósiles. Así lo explica el palentólogo en la publicación que recientemente divulgó Sciencie con los 17 cráneos hallados en la cavidad, lo que supone haber recuperado la colección fósil de humanos antiguos más antiguos e importante en el estudio de la evolución de los neandertales. «Cuando replanteemos todo hay que intentar que no se multipliquen las especies. Para incluir unas hay que quitar otras», estimó Arsuaga, partidario de «aclarar todo el panorama».  «Hay mucha gente que está a favor y otros que se nos resisten», confesó.
 
Antecessor. Hace ahora 20 años, en julio de 1994 el yacimiento de Gran Dolina reveló la existencia de lo que con el tiempo se definiría como una especie propia. Fue Aurora Martín, ahora coordinadora del Museo de la Evolución Humana de Burgos, quien encontró los restos de un individuo con una antigüedad de 800.000 años que darían la vuelta al mundo bajo el apelativo de ‘El niño de Gran Dolina’. Lo que no sabía Martín era que aquellos restos que encontró en el nivel TD-6 aquel 8 de julio de 1994 tenían entre 800.000 y 850.000 años de antigüedad y se correspondían con una especie nueva a la que después de bautizaría como Homo Antecessor.
 
Dos décadas después del hallazgo, el Antecessor sigue revelando sorpresas al mapa evolutivo. Si bien es cierto que en un primer momento se definió su paso por Atapuerca en el intervalo temporal de los 800.000 años, la aparición de industria lítica y fósiles de este individuo hace pensar que esta especie pudo vivir hace un millón de años en la sierra burgalesa. Así lo reveló en el año 2013, el hallazgo de una herramienta de piedra hallada por en el nivel TD-4, que se presupone más antiguo del nivel TD-6 en el que se encontraron los primeros restos de esta especie.
 
Con unas facciones similares a las del Homo Sapiens, ‘el hombre explorador’ es uno de los que más se asemeja a los neandertales. De ahí que sean muchos los que se afanen en conectar a los miembros de esta especie genuina de Atapuerca con nuestra especie. ¿Pero fue realmente la especie Antecessor la última en conectar con el hombre de Neandertal?
 
Para poder responder a la cuestión planteada sería conveniente que en Atapuerca apareciesen restos de neandertal. Algo que hasta la fecha no ha ocurrido. «Sabemos que estuvieron aquí porque tenemos sus herramientas, y encontraremos restos», indicó Eudald Carbonell en tono triunfalista. Y así fue. La tribu de los neandertales que habitó en la sierra burgalesa estableció su campamento en una veintena de yacimientos, el más conocido es el de Fuente Mudarra. Precisamente en esta zona se excava desde hace tres años con el ánimo de descubrir a través de las herramientas cómo vivieron los neandertales burgaleses.
 
A tenor de los datos consultados, y según se confirmó en la campaña del año 2013, en Atapuerca «hubo una presencia humana continuada». Un hecho que, de confirmarse, permitiría hablar de poblamientos enlazados en el tiempo de especies que llegaron a la sierra hace 1,4 millones de años. De confirmarse las hipótesis con las que trabajan los responsables de Atapuerca, la especie más antigua (aún sin determinar) habitó en Sima del Elefante hace 1,2 millones de años, seguida de la especie Antecessor que se establecería hace un millón de años y el más que conocido Homo Heilderbergensis con una antigüedad de 430.000 años hasta llegar al género Neandertal y el Homo Sapiens.
 
Un abanico temporal que para algunos es demasiado amplio y en el que deben de incluirse «eslabones» como el que conectaría a la especie Antecessor con el género Neandertal sin tener por que ser un miembro de la especie Heilderbergensis. Una cuestión que puede plantear conflicto entre los partidarios de sumar nuevas especies y aquellos que piensan que es mejor dejarlo todo como está.
 
Impacto de Atapuerca. La aparición en el mapa científico de los descubrimientos de Atapuerca ha dado la vuelta a la tortilla al conocimiento que se tenía de nuestra especie. Desde que José Luis Uribarri, miembro del grupo espeleológico Edelweiss, localizase en 1962 diversos huesos fosilizados en el trazado de la Trinchera del Ferrocarril hasta la fecha han sido miles los fósiles humanos que han sido arrancados de las entrañas de la tierra tras pasar miles de años guarecidos.
 
Entre los descubrimientos más importantes, y que se presentan como cruciales para la elaboración de un nuevo mapa de la especie humana, se encuentran: el descubrimiento de los restos de 22 individuos de la especie Homo Heidelbergensis como un cráneo completo bautizado como Agamenón (el cráneo 4) y Miguelón o cráneo 5, que es el más completo del registro fósil mundial.
 
A esta lista se suman los más recientes. La campaña de excavaciones del pasado verano concluyó con el hallazgo de un cuchillo de 1,4 millones de años, encontrado en las profundidades del yacimiento de Sima del Elefante. Se trata de la pieza más antigua hallada hasta la fecha en Atapuerca y el material más antiguo de toda Europa, lo que pone desde hace doce meses sobre aviso a los científicos que confían en descubrir restos de los dueños del cuchillo más antiguo de Europa.
 
Será el tiempo quien confirme la existencia de esta especie y la que de por buena o no la teoría que desde hace años manejan los responsables de la sierra de los secretos, que Atapuerca fue la cuna del primer europeo ya nadie lo pone en duda.