Un huracán goleador

Manuel Belver
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El Real Valladolid recupera la sonrisa, se reencuentra con el gol en el José Zorrilla y le endosa siete al Barça B antes de irse de vacaciones

Óscar se tira en plancha para hacer el primero.

¡Sí, sí, sí, frótense las manos! El Real Valladolid, el conjunto incapaz de marcarle el jueves al Elche, el mismo que sufrió en Miranda, Sabadell o Leganés, ayer se fue de vacaciones con una sonrisa de oreja a oreja. Con una goleada difícil de ver (no se daba en casa desde hace más de 20 años) ante el filial del Barcelona, buen juego, mejores sensaciones y ganas de volver. Volver cuanto antes para hacer bueno lo que se vio ayer en el José Zorrilla.

Ha tardado 18 jornadas. Ha sufrido. Y ayer se destapó. Quizá de forma inesperada. Por el rival, por el día, por el momento tras la eliminación copera. Pero se encontró con aquello que llevaba tiempo buscando: el gol.

Decía Rubi hace no muy poco que un día entrarían todas las ocasiones falladas y ayer se cumplió. Con creces. Orgía, festival, vendaval... cada uno pondrá su toque, pero el caso es que el Real Valladolid pasó por encima de las futuras estrellas del Camp Nou -alguno de ellos llegará seguro-. Por ganas, coraje, juego, intención... fue un martillo pilón. No paró hasta el pitido final. Y eso le permite que esa sonrisa que ayer dibujaba el rostro de sus integrantes se mantenga, seguro, hasta la vuelta al trabajo.    

El partido duró 25 minutos. Por decir algo. Los que tardó el conjunto blanquivioleta en hacer el primero. Hasta entonces, mucho miedo en ambos bandos. Eusebio apostó por la velocidad de Adama, que casi hizo dos rotos a la defensa, por la imaginación de Halilovic o la fortaleza de Dongou. Rubi por un trivote por primera vez. Y por generar con el balón en los pies. Acertó.

Aunque el primero llegó con la cabeza, en un saque de esquina botado por Jeffren, tocado por Valiente y remachado por Óscar González. Fue entrar ese balón y abrirse la caja de Pandora. Mojica, tras el saque de centro y un robo, hizo el segundo apenas 60 segundos después. Ya nadie pudo parar al Valladolid. Al descanso, cuatro. Al final, siete. Pudieron ser muchos más. Porque en la segunda parte, lejos de bajar la intensidad, el cuadro de Rubi siguió buscando eso que tanto se le había resistido, el gol. Por banda, a balón parado, en contras... todo salía. Ayer tocaba cara. Tocaba emborracharse con goles. Mandó en el medio del campo, con ese trivote; tuvo velocidad en las bandas y toque por el medio; y apenas pasó apuros atrás, salvo en los primeros minutos. Pero, sobre todo y por encima de todo, tuvo gol. Acertó con la portería contraria como no lo había hecho esta temporada. Hizo 7 en 90 minutos cuando llevaba 19 en 17 jornadas.

Eso sí, solo son tres puntos. Vale igual que un 1-0. Pero gusta mucho más. Feliz Navidad.

Real Valladolid: Varas, Chica, Valiente, Rueda, Peña, Álvaro Rubio, André Leão, Timor (Sastre, min.83), Mojica (Bergdich, min. 77), Óscar (Omar, min. 77) y Jeffren.

Barcelona B: Ortolá, Grimaldo, Samper, Adama, Dongou (Pol Calvet, min. 45), Macky, Gumbau, Sandro (Joan Román, min. 59), Diagne, Halilovic (Babunski, min. 63) y Robert Costa.
Árbitro: Sureda Cuenca (colegio balear). Mostró amarilla a Chica (min. 45), y a Diagné (min. 39), Grimaldo (min. 43) y Pol Calvet (min. 65).

Goles: 1-0 (minuto 25). Óscar González. 2-0 (minuto 26). Mojica. 3-0 (minuto 36). Macky, en propia puerta. 4-0 (minuto 43). Óscar González. 5-0 (minuto 58). Jeffren. 6-0 (minuto 77). Mojica. 7-0 (minuto 86). Bergdich.