España nos roba, España nos roba. El sainete que, durante décadas, ha funcionado para los dirigentes independentistas catalanes, no fue una excepción ayer, tras la firmeza del Gabinete de Rajoy de no dar un solo euro a la región hasta que no satisfaga a los proveedores. Yes que el presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, aseguró que los impagos del Govern a los proveedores, especialmente a las farmacias, se deben a la gestión del Ejecutivo central: «Tiene la sartén por el mango y nos asfixia». Los datos son más que cuestionables pues el balance de sus cinco años en el poder, en los que se aprobaron unas partidas millonarias para el procés, es nefasto, con la región al borde de la bancarrota. La deuda ha subido un 140 por ciento y los gastos en Presidencia un 313 por ciento.
Los números no mienten. Cataluña cerrará 2015 con un desfase del 2 por ciento del PIB frente al 0,7 fijado por Hacienda, a lo que hay que sumar la consideración de bono basura de la deuda de la comunidad por parte de las agencias de calificación, después de que en la pasada legislatura -de dos años y medio- se disparara hasta 65.000 millones de euros.
Tras el Consell Executiu, el convergente atribuyó las tensiones de tesorería a que el Gobierno «ha impuesto objetivos de déficit para Cataluña que no son asumibles». «El Estado puede usar su poder cuándo y cómo quiera: Y ahora lo emplea para castigarnos a todos por defender democráticamente el proceso soberanista. Utilizan el tema del dinero para eso».
Después de asegurar, en su habitual tono desafiante, que el Govern combatirá al Ejecutivo, indicó que «con las nuevas e injustas condiciones, especiales para perseguir a Cataluña», resulta difícil de saber si podrá recibir el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). «Como no tenemos una maquinita de hacer dinero, no podremos pagar» porque, en última instancia, quien paga es el Estado, lamentó el líder de CDC, que lanzó una advertencia al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro:«Juega con fuego y se quemará».
La respuesta desde La Moncloa no se hizo esperar. Así, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtió a Mas que «la ley se cumple», y que «hasta ahí podíamos llegar». Si bien, en el caso de que no sea así, garantizó que su Gabinete actuará porque es «su obligación». Eso sí, mostró su deseo de que esto no se produzca. «Pero eso no depende de mí», añadió el número uno del PP, para quien los pasos que se están dando «en la mala dirección», cada vez complican más el futuro «y nos hacen daño a todos los españoles». «Que nadie se equivoque, vamos a defender la unidad nacional y la soberanía nacional», apostilló.
Más incisivo se mostró el ministro Cristóbal Montoro, que pidió a los miembros de la Generalitat que «bajen los tonos» y se dediquen a cumplir los requisitos especiales que les ha fijado el Gobierno para acceder al sobrante del FLA y poder pagar las facturas. Así, recordó que solo le pide que pague los servicios públicos de catalanes y que no anteponga gastos dirigidos a otros objetivos políticos. «¿Eso es agredir a alguien?».
Mientras, la presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente, Carmen Flores, pidió al fiscal jefe de Cataluña, José María Romero de Tejada, que intervenga ante los impagos de la Generalitat a las farmacias «por el riesgo» de que enfermos crónicos se puedan quedar sin medicamentos.