La espantada de Just Fly

Óscar Fraile
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El touroperador se suma a las recientes cancelaciones de vuelos de compañías como Good Fly y Ryanair y se enfrenta ahora a una demanda de la aerolínea Helitt, que le reclama 51.000 euros

Just Fly ha cancelado todos los vuelos nacionales que había anunciado desde el aeropuerto de Valladolid. - Foto: El Día

Todo eran sonrisas y buenas caras en el Ayuntamiento el pasado 29 de mayo. La compañía Just Fly anunciaba oficialmente vuelos a Málaga, Palma de Mallorca, Ibiza, Valencia, París y Londres desde un aeropuerto de Valladolid que estaba, está, más necesitado que nunca. El alcalde y la concejala de Turismo daban la bienvenida a esta empresa y su director, Alberto Quiroga, incluso se animaba a vaticinar que Just Fly mantendría unos vuelos internacionales que, en principio, están previstos para agosto.


Ahora, un mes y medio después, esas buenas previsiones se han convertido en un goteo de cancelaciones (se han anulado todos los vuelos nacionales), de compromisos incumplidos y de pasajeros cabreados. Y de denuncias, claro. Por ejemplo, las de los siete clientes que se quedaron en tierra en Palma de Mallorca y tuvieron que pagar un vuelo de regreso a Valladolid con otra compañía, pese a haber contratado ida y vuelta con Just Fly.


El último conflicto judicial que tendrá que afrontar este touroperador es una nueva denuncia, esta vez de la compañía Helitt, por incumplimiento de contrato. La aerolínea granadina reclamará a Just Fly 51.000 euros después de que se comprometiera con ellos a realizar dos vuelos desde Mallorca a Valladolid y, posteriormente, al no conseguir el número de pasajeros deseado, Just Fly subcontratara este servicio con otra compañía que tiene aviones más pequeños, tal y como informó ayer el portal de internet especializado en turismo www.preferente.com y confirmó a este periódico la propia compañía granadina. Y todo ello sin previo aviso. «De hecho, fue el propio aeropuerto de Valladolid el que nos informó de todo cuando pedimos permiso para operar estos vuelos», señaló ayer a El Día de Valladolid su presidente, Abel Pizarro.


Por eso, en la demanda que presentará esta semana en Madrid, reclamará esos 51.000 euros en base a una cláusula de dicho contrato que decía que si el servicio se subcontrataba con otra empresa, se podría exigir el cien por cien de la cantidad, según Pizarro. Además, a esa cifra habrá que añadir una indemnización en concepto de daños y perjuicios, que todavía está por cuantificar.


Por otro lado, desde que todo el conflicto en torno a Just Fly estalló, su presidente, Alberto Quiroga, está ilocalizable. Lo está para la prensa, para algunos de sus ya extrabajadores, que no han cobrado, e incluso para el propio responsable de Helitt. «Le he llamado muchas veces, pero no coge el teléfono, y tampoco responde al correo electrónico», asegura.


Pizarro ya había tomado ciertas precauciones antes de empezar a hacer negocios con Quiroga, al informarse de que este empresario había sido detenido con anterioridad por vender billetes falsos a 67 personas de nacionalidad paraguaya para hacer el trayecto Madrid-Asunción, entre otras cosas. «Me puse en contacto con la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, donde me dijeron que seguirían muy de cerca la operación y con la Consejería de Turismo de la Junta de Castilla yLeón, donde me confirmaron que todo estaba en regla», explica.


Tan complicada se ha tornado la situación para Just Fly en Valladolid que ha tenido que cerrar la oficina que había abierto por las amenazas sufridas por un grupo de pasajeros que han derivado en agresiones a dos trabajadoras, según fuentes próximas a la propia compañía.

Una espantada más. Lo cierto es que la de Just Fly se ha convertido en una espantada más de las que en los últimos tiempos ha sufrido el aeropuerto de Valladolid. En el recuerdo está aún el amago de desembarco de la compañía burgalesa Good Fly, que anunció vuelos a Granada para principios de este año que nunca llegaron a despegar. Tampoco cuajó el vuelo a Venecia anunciado en su día por Volotea.


A esto hay que añadir el revés más importante que ha sufrido el aeropuerto en los últimos años: la cancelación de las rutas a Londres y Bruselas por parte de Ryanair, que tomó esta decisión después de que la Junta se negase a volver a firmar con ella otro contrato de promoción turística en sus vuelos. La pérdida de estos dos importantes destinos hizo que el aeropuerto retrocediese a cifras de pasajeros de hace una década.


Desde entonces, el Ayuntamiento se ha implicado para conseguir nuevos vuelos que devuelvan el lustre perdido a Villanubla. Eso sí, sin ningún éxito. Al menos de momento.