Pablo Álvarez: "Los 150 años de Vega Sicilia son fruto de la calidad de sus vinos y de mucho trabajo"

Luis Amo
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El consejero delegado de Vega Sicilia repasa el sector en El Día de Valladolid en los días donde su compañía celebra este aniversario.

Pablo Álvarez, consejero delegado de Vega Sicilia. - Foto: VEGA SICILIA

Son 150 años de esfuerzo, dedicación y de búsqueda de la excelencia. Esto es Vega Sicilia, es el grupo empresarial del sector vitivinícola español más prestigioso del mundo que tiene más de 4.500 clientes en 110 países. Una compañía instalada en la Ribera del Duero que celebra este aniversario con dos cenas servidas por El Celler de Can Roca y Arzaken en las que, además, recibirá la Placa de Honor de la Orden del Mérito Civil concedida por el anterior Rey Juan Carlos I.

Vega Sicilia, ¿pasado, presente y futuro de un sector al alza?

Sí. El vino es un sector en alza. La explosión del mundo del vino en los últimos 25 años ha sido enorme. Por ejemplo, la Ribera del Duero ha pasado de 14 bodegas a casi 300. Ha sido fruto de lo que representa el vino, que es una cosa bonita, que a la gente le gusta tener una bodega y, dado el éxito económico durante bastantes años, pues todo el mundo quería tener una bodega. Y entonces ha habido una gran explosión y siempre digo: eso acaba afectando a la calidad porque son muchas bodegas nuevas, muchas que empiezan, muchas viñas son recién plantadas... Es una cuestión momentánea, porque estoy seguro de que seguirá la calidad y el consumo de los vinos.

Siglo y medio de trabajo, aunque algún año menos con la Familia Álvarez, donde el modo de hacer vino y de gestionar una bodega ha cambiado sustancialmente...

Nosotros llevamos 32 años, pero es que soy de los que piensa que es bueno que a los negocios llegue gente que no está metida en el negociado para no perder la perspectiva. Por eso, es bueno que, de vez en cuando, en los negocios históricos, de repente, haya un cambio, otras ideas... No va a estropear nada, porque no tiene porque estropearlo, sino que puede mejorarlo. En el caso nuestro, no sólo hemos respetado la filosofía marcada por el fundador sino que hemos acrecentado y expandido por todo el mundo la fama de los vinos y el prestigio de la bodega.

Muchos años donde su santo y seña ha sido que el producto esté -incluso- por encima de la marca...

Indudablemente. Hay que ser muy serio con los clientes y producir lo mejor que se puede hacer. La palabra calidad está tan manida que ya no se le da ninguna importancia, pero realmente la calidad en un vino es un tema de mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio... ¡Ése es el camino!. Lo demás son cuentos. Y 150 años de Vega Sicilia no se han construido bajo un cuento sino que son fruto de la calidad de sus vinos a través de años y del respeto de mucha gente que ha trabajado aquí.

Se habla mucho de la marca. En el caso de Vega Sicilia no hay duda, una bodega legendaria, histórica... ¿Mucha responsabilidad?

Mucha responsabilidad y donde a veces hay que hacer grandes sacrificios. Como cuando nosotros no elaboramos un Único, porque hay gente que se piensa que es marketing, pero no es así, es un sacrificio económico muy importante y que se debe de tomar de vez en cuando, cuando creemos que las condiciones de la naturaleza no nos permiten elaborar un gran vino. Y eso hay que hacerlo y la responsabilidad es importante.

¿En qué proyectos trabajan?

Estamos concentrados en el nuevo proyecto de Rioja. En septiembre-octubre empezaremos la construcción de la bodega nuestra, porque ahora estamos de alquiler. Este es el comienzo: el año pasado ya vendimos la primera cosecha -2009-, este año venderemos la cosecha de 2010... Lo fácil es vender las tres primeras cosechas, lo difícil es llegar a la veinte y seguir vendiéndolo. Hacer un vino lleva toda una vida porque se va aprendiendo.

Respecto a la expansión internacional, ¿dónde dirige sus miras?

Francia es el gran país. Ellos han creado la cultura del vino y dominan el mundo del vino. Lo que pasa es que encontrar algo de prestigio en Francia, algo bueno, cuesta una fortuna. Estados Unidos también es un país interesante... Pocos sitios, no demasiados, pero sí nos gustaría seguir desarrollando... En estos 30 años hemos creado cinco bodegas y espero que pronto podamos acceder o crear otra más.

¿En cualquier lugar de España puede hacerse un buen vino?

Un buen vino sí, una gran vino no. Lo importante es tener claro qué tipo de vino se puede elaborar en cada sitio. Mi opinión, que no tiene por qué tenerla todo el mundo, y a partir de las bodegas que nosotros tenemos en Ribera del Duero o en Toro: en Toro nunca se podrán conseguir tan grandes vinos como en la Ribera, con la complejidad, la elegancia que aquí se puede llegar a tener... En Toro no será posible. Pero, traduciéndolo en una puntuación, aquí se pueden obtener vinos de 10 sobre 10 y en Toro de 8 sobre 10. Eso es lo que hay que tener claro, aunque indudablemente tan difícil es tener una puntuación como otra. Ése es el punto fundamental que hay que saber averiguar porque eso te dará el precio del vino al cual puedes vender y, por tanto, la producción que quieres tener para ser una bodega rentable.

Hace pocas fechas presentaron las cuentas de 2013 y, según ustedes, uno de los mejores años de su historia. ¿Cuál es el secreto?

Hacerlo bien, aunque realmente el único secreto es tener buena materia prima. En las bodegas milagros no se pueden hacer porque, si no tienes una gran uva, nunca vas a conseguir un gran vino. Por eso todas y cada una de nuestras bodegas tienen su propio viñedo. A partir de ahí es el trabajo, un montón de pequeños pasos que, cuanto más se cuiden, mejor será el resultado. En España, no solo nosotros, aunque seamos los más prestigiosos a nivel mundial, hay muchas bodegas, muchas que hacen grandes vinos.

Ante un descenso del consumo generalizado, ¿Vega Sicilia cómo ha afrontado la crisis?

Se ha notado muy poco. Un poco en el Valbuena y el Único nada, se sigue vendiendo, sigue habiendo más demanda que oferta, junto al  Reserva Especial, Magnum... Hemos sufrido más en Pintia, que es la bodega más joven. Alión es un vino de gran prestigio tras veinte años y tampoco tiene problema. Y esto nos ha permitido crecer en facturación y en beneficios porque los precios han seguido creciendo incluso en crisis, sobre todo y fundamentalmente en los Únicos. Son muchas botellas a un alto precio: 140 euros la botella y más de 100.000 vendidas. Eso nos ha permitido superar la crisis más que correctamente.

La crisis ha sido el momento para reinventarse, ¿ha sucedido en la Ribera del Duero para frenar la competencia de otras DO?

Creo que hay que hacer buen vino y punto. Ha habido unos años que la Ribera ha muerto de éxito, que quizás sea lo normal, y es que la media de los vinos de esta zona en los años 90 era de una gran calidad, el boom que se produce a finales de los 90 y del 2000 hace que se multipliquen las bodegas, las viñas, la calidad media baja... pero eso ha sido fruto del éxito. Ahora la gente seguirá mejorando... Y no creo que haya que reinventar nada, sólo hay que hacerlo bien. Y la Ribera es capaz de producir grandes vinos. La viña es complejísima aquí: nosotros tenemos 1.000 hectáreas de superficie de las cuales en 250 de terreno no podemos poner viña porque la uva no sería de gran calidad.