Los churros de Valladolid triunfan en Las Vegas

LUIS AMO
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Una compañía americana se interesa por el modelo de elaboración de la Chocolatería Erchus y compra la maquinaria a Industrias Blanco y la harina en Medina del Campo

El propietario de la Churrería Erchus de la calle Penitencia de la capital vallisoletana, Carlos Ríos Álvarez, en pleno proceso de elaboración de los churros

De Valladolid al mundo. La técnica y la tecnología vallisoletana para fabricar churros y porras se internacionaliza desde aquí.Los últimos que han exportado el saber y el sabor de este dulce tan español son unos americanos que pretenden montar una churrería nada más y nada menos que en Las Vegas. Estos empresarios son los últimos en interesarse pero tampoco son los primeros en acercarse hasta la ciudad a tomar nota desde la maquinaria a emplear hasta el producto en concreto, pasando por la materia prima a emplear en la elaboración.Y es que prácticamente todo sale de factorías y establecimientos de la ciudad y de la provincia para abrir negocios del sector desde Estados Unidos a Australia, desde Canadá hasta Holanda, desde Valladolid a Londres.


Paul Peterson es un americano que en las próximas semanas montará una churrería en Las Vegas ‘made in Valladolid’. Y, para tomar nota, en los últimos días han estado por aquí para comprar la maquinaria y también para exportar el modus operandi de cómo conseguir el mejor churro, para lo cual se han adentrado en el corazón de la Churrería Erchus. La archiconocida marca exporta de nuevo su manual para fabricar churros a tierras americanas donde lo que abunda es una especie de porra, o quizás más grande, con una masa especialmente grasienta y cuyo precio por unidad asciende a casi 3,5 dólares.


Uno de los propietarios de la churrería vallisoletana situada en la calle Penitencia, Carlos Ríos Álvarez, es uno de los responsables de elaborar diariamente miles de churros de la máxima calidad y con un bagaje de tres décadas, lo que ha derivado en que su popularidad y prestigio haya traspasado las fronteras locales y se adentre en locales de Las Vegas, pero también de Nueva York, Edimburgo, Montreal o Amsterdam. Por lo pronto, desde la ciudad del juego vinieron cuatro personas para cerrar sus compras y su recetaría para abrirse mercado enLas Vegas gracias a la demanda de una comunidad de latinos.


Y, como en todo, el secreto está en la masa, pero también en la experiencia. Esto es precisamente, lo que los americanos han recabado en Erchus, donde se mima la masa al máximo pero también otros muchos aspectos la forma de hacer el churro y freírlo, junto con la calidad del chocolate. Así, la masa se obtiene con harina de la tierra, procedente de la fábrica La Harinera Castellana (Medina del Campo); la amasadora, la churrera o la rellenadora que sale de la fábrica vallisoletana Industrias José Luis Blanco; y para el chocolate, que han entablado conversaciones con el mismo proveedor de Erchus, con Chocolates Mata (Palencia).


La idea, el estilo y casi hasta la personalidad del local de Las Vegas será a imagen y semejanza del Erchus. Por eso también visitaron y encargaron la maquinaria en Industrias José Luis Blanco que, con más de medio siglo de experiencia, fabrica cerca de un millar de máquinas para hacer churros y exporta más de la mitad de sus ventas de un catálogo de 40 máquinas diferentes que van desde modelos automáticos a manuales con un precio de venta desde 1.000 euros, según las variantes, el volumen de producción...


Paradójicamente, cabe destacar que se exportan más número de las manuales, aunque no es menos cierto que las automáticas requieren de menos fuerza físico, de mayor volumen de producción y de más versatilidad que permite elaborar churros de lazo, recto, hueco, porras, rosquillas o palitos, según explica la gerente,Belén Blanco, quien al ser preguntada por la crisis señala ellos no han pasado por ninguna recesión debido a que el mercado internacional ha realizado muchos pedidos y que, en este año, el mercado nacional «también ha despegado», lo que convierte a las churrerías en un negocio de éxito.