Las gradas del Salón de Plenos se llenaron para presenciar el debate de los últimos presupuestos de este mandato. Y precisamente el público protagonizó la anécdota de la sesión, ya que durante la intervención del concejal de Hacienda se escucharon reiteradas toses, tantas que el alcalde interrumpió en varias ocasiones los discursos para sugerir al público que saliese para «hacerse un enjuague» con agua o acudieran a la farmacia. Después, en la rueda de prensa posterior al Pleno atribuyó este comportamiento a que formaban parte de la «cla que últimamente se traen al Pleno (en referencia a la oposición)». En este sentido, aseguró que pensó en darles «un vale para ir al alergólogo por su alergia a distancia», ya que sólo se escuchaban las toses cuando intervenía el Partido Popular.
Al margen de esta anécdota, este último debate presupuestario se caracterizó por más por los reproches mutuos entre oposición y equipo de Gobierno que por analizar las cuentas. Los grupos de la oposición reiteraron su deseo de que sean «las últimas cuentas del PP», mientras el alcalde reiteró que «es el mismo rollo de los últimos 19 años» y aseguró sentirse como en «déjà vu» y reiteró que espera «volver a tener el respaldo ciudadano como en ocasiones anteriores».