El pequeño comercio tiene muchas competencias: desde los macrocentros comerciales hasta por los impuestos, los pocos incentivos dirigidos desde las administraciones al pequeño comercio e incluso por las presiones de las entidades financieras. El pequeño comercio, en definitiva, tiene muchos frentes abiertos al levantar la persiana cada mañana aún a sabiendas de que sus márgenes han de ajustarlos al máximo para intentar ser competitivos, para intentar luchar contra los grandes almacenes que, para ellos, son como grandes apisonadoras.Claro y contundente. Así lo explica una propietaria del pequeño comercio de la capital vallisoletana. Es Isabel Margut, la dueña de Avanti Confecciones, una de las antiguas sucursales de la archiconocida El Triunfo, situada en la céntrica calle de Teresa Gil número 30.

Este comercio se encuentra centrada en la campaña navideña pero con la salvedad de que ya ha incluido los descuentos de rebajas, el 20 por ciento, «para intentar animar el consumo e incentivar las ventas». Así explica su estrategia para salir adelante ante una situación en que reconocer estar «algo mejor que otros años pero flojos».

Esta empresaria lleva tres décadas al frente de este negocio, aunque la tradición de vender camisas y confección varia lo lleva en las venas dado que procede de su abuelo -que abrió la primera tienda en 1934- y de sus padres -estrenaron la actual tienda en 1969 aún en el edificio antiguo. Es más, reconoce que no se sentía destinada «para la gestión del negocio familiar aunque ahora estoy encantada pese a que es un trabajo muy sacrificado por el número de horas que se hace pero el contacto con el público, con los clientes lo recompensa todo y más cuando repiten y repiten y repiten porque ofrecemos máxima calidad».

Escaparate de Avanti Confecciones en la calle Teresa Gil. - Foto: J.Tajes

Y estos son, precisamente, los puntos fuertes del pequeño comercio, como remarca Isabel Mergut: «Atención y trato personal, máxima garantía de todas las prendas ya que están hechas en España -pagas más por ser calidad española, no a precios de países asiáticos- y encima se colabora con la economía local fomentando el empleo y propiciando una recuperación de la economía local».

Respecto a los precios, comentando el «ahogo» al que se sienten sometidos por los grandes centros comerciales y la legislación que muchas veces solo piensan en ellos, en alusión a la apertura dominical continuada, esta empresaria reconoce que ha tenido que adelantar una vez más los descuentos que tradicionalmente aplicaba en fecha de rebajas a sus artículos, pero tampoco la duelen prendas si es para reactivar las compras navideñas e intentar salir de la crisis «porque este proceso será muy lento, porque ya lo conocemos, porque son ciclos».