El consumo como motor vital

AGENCIAS
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El Banco Central Europeo incide en potenciar el gasto en la eurozona para luchar contra la baja inflación y apoyar el crecimiento de economías en plena ebullición, como la española

 
«El Banco Central Europeo (BCE) sacará toda la artillería para luchar contra la baja inflación», según afirmó hace unos días su presidente, Mario Draghi. Sus palabras tuvieron una rápida repuesta por parte de la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P), que advirtió de que el BCE se está «presionando a sí mismo demasiado pronto», ya que repite que es necesario actuar de forma «más vigorosa y más rápida» para luchar contra los riesgos del estancamiento del consumo. 
En un informe sobre la eurozona, la firma remarca que tanto Draghi como otros miembros del Banco Central han mostrado, de forma reiterada en las últimas semanas, su preocupación sobre las perspectivas de inflación, lo que apunta a nuevas medidas de estímulo que podrían anunciarse incluso en semanas. Sin embargo, la agencia avisa de que, como han demostrado otros programas de compra de deuda como los llevados a cabo en EEUU y el Reino Unido, habitualmente, es necesario que pase un tiempo antes de que tengan los efectos deseados. 
 Asimismo, agrega que la elevada deuda pública en muchos países de la Unión Europea y la falta de coordinación en las estrategias económicas orientadas a las reformas han frenado el crecimiento, y estos son campos en los que la política monetaria no tiene apenas efectos directos. 
 Entre las posibles soluciones, cree que una ampliación de Quantitative Easing hasta más allá de 2016 reafirmaría su posición, mientras que un nuevo recorte de la tasa de depósitos, una aplicación inédita entre los bancos centrales, podría ir en contra de los objetivos del QE al conllevar un aumento del valor del crédito o una penalización de los ahorros.
 Por otro lado, la agencia incide en que los últimos indicadores económicos para la eurozona demuestran que una demanda doméstica más fuerte está logrando compensar la debilidad de las importaciones, lo que sugiere que la recuperación de la región iniciada en la segunda mitad de 2014 «seguirá adelante». 
 En concreto, subraya que los últimos datos de Alemania confirman que la débil demanda exterior está penalizando las finanzas, lo que se ve compensado por el repunte del gasto de los consumidores, algo que también se está dando en otros Estados comunitarios. 
 
Mercado laboral. De hecho, apunta que en España, a pesar de registrar signos de una modesta desaceleración en la segunda mitad del año, el consumo privado seguirá siendo el principal motor del crecimiento en los próximos años, apoyado por la baja inflación, la reciente reducción del IRPF y la mejora constante del mercado laboral. 
 Sin embargo, se incide en que los riegos para el desarrollo económico y la inflación no han desaparecido y las autoridades monetarias se plantean adoptar nuevos estímulos ante los bajos datos que registra la actividad. 
 Además, el economista jefe para Europa, África y Oriente Medio de S&P, Jean-Michel Six, alerta de que hay incertidumbre en torno a un «fuerte repunte» de la inversión en la eurozona, algo necesario para fortalecer la recuperación y reducir el alto nivel de desempleo. 
En este sentido, admite que existen diferencias tanto entre países como entre sectores. Respecto a España, prevé un repunte de la inversión inmobiliaria después de cinco años de contracción, y ve «aparentes» señales de un «robusto resurgir» del gasto de capital de empresas no financieras, que continuará en los próximos dos años. 
 La agencia mantiene en su informe sus últimas previsiones realizadas para el país a principios de octubre, cuando elevó el rating en un escalón. En concreto, vaticina que la economía nacional crecerá un 3,2% este año, un 2,7% en 2016 y un 2,4% en 2017.