Fuerte. O, por lo menos, con ánimo de que los gritos de ayer se conviertan en ánimos mañana. Así se mostró Rubi al término del encuentro ante el Real Zaragoza. «Entiendo que el público esté decepcionado. Tengo que respetarlo y mostrarme fuerte para intentar cambiar y que se vea otro Valladolid en la promoción», señaló un técnico que volvió a escuchar a la grada contra él: «Lo considero normal. Se esperaba mucho de este equipo (...) se esperaba estar en las dos primeras plazas. Al ver que no se ha podido conseguir, pues se gira en torno a la persona que lleva el barco, que soy yo. Me parece normal, intentaré convencerlos en el mes que nos queda».

Y el Real Valladolid y su entrenador ya piensan en la promoción. «No voy a negarlo, prefiero quedar tercero, mucho mejor. Pero también digo que no es definitivo. El que juega la vuelta en casa no siempre va a ganar. A lo mejor nos viene hasta bien», comenzó analizando. «Lo que me preocupa es que mi equipo, con 2-3 pinceladas, llegue lo mejor posible al play off. Que sigamos fuertes en defensa, es cierto que a nivel ofensivo hay lagunas... vamos a intentar cambiar. El rival no me preocupa, sí potenciar el mío al máximo para estar lo más convencidos de que se puede pasar la eliminatoria».

Rubi cambiará algo en la forma de jugar. No lo ocultó ayer: «Va a haber alguna situación que vamos a intentar cambiar para que el equipo no se comprometa tanto con el juego elaborado. A veces al querer jugar tanto roza alguna pérdida que nos pesa demasiado. Vamos a cambiar un par de detalles del juego a ver si nos da más seguridad. No querer ser un equipo que juega tanto al fútbol, sobre todo durante tanto rato de un partido. Pero vamos a levantar al equipo, no tengo ninguna duda. Esto ha sido un partido, prácticamente sabíamos que íbamos a hacer la promoción al ganar el Girona. Espero que se vea otra cara y estoy convencido que será así».

Del encuentro en sí, el entrenador vio mejor a los suyos en la primera parte -«ha sido bastante igualada, tirando a los puntos para nosotros», llegó a decir-, para reconocer que la segunda mitad fue «mala». «No es cosa de apatía, pero el empate nos ha hecho mucho daño», concluyó reconociendo que habían estado mucho más imprecisos que en otros encuentros.

Popovic. «Hemos jugado ante un grandísimo rival. Lo pienso así y es así, y esta victoria tiene un valor más. Hemos hecho desde el principio y hasta el final un partido muy completo. Podía ocurrir cualquier cosa pero tenía confianza», comenzó analizando el técnico del Zaragoza, un Ranko Popovic al que no le defraudó su rival: «Soy feliz porque no hemos dejado al Valladolid imponer el juego que puede imponer».