Intervienen cuatro kilos de cocaína en el chalé del proveedor de la banda dominicana

A. G. Mozo
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La droga viajó desde Sudamérica disuelta en líquido, dentro de dos botellas de refresco · El traficante arrestado, un experimentado 'químico' colombiano, la convertía en cocaína en un laboratorio que tenía en su chalé de Guadalajara

El golpe asestado hace veinte días a la banda dominicana que había capitalizado el tráfico de drogas al menudeo de Valladolid ha tenido su continuación con la detención de otras cinco personas y con la aprehensión de un alijo de cuatro kilos de cocaína y de seis de hachís en una serie de registros llevados a cabo en Guadalajara y Madrid, dentro de la llamada Operación Roava Plus. Las investigaciones llevadas a cabo durante algo más de cuatro meses por agentes de la lucha antidroga de la Policía y la Guardia Civil se han saldado con la desarticulación de una banda y el arresto de 18 presuntos narcos.

 

Los trece primeros cayeron los días 5 y 6 de noviembre durante aquella macrorredada que blindó durante una mañana varias calles del barrio de Las Delicias, Circular y La Rondilla, y en la que hallaron 100 gramos de cocaína, otros 100 de cogollos de marihuana (y 42 plantas), 900 de una sustancia que aún está pendiente de análisis y en la que habría metanfetamina y heroína, y 500 pastillas de viagras falsas (Sildenafil).

 

Envío postal. Los cinco últimos arrestos se produjeron entre el día 10 y el 19 de noviembre, después de que los investigadores tuvieran conocimiento de que uno de los principales proveedores de coca de la banda iba a recibir un envío postal procedente de Sudamérica.

 

El paquete llegaba desde la frontera de Ecuador y Colombia. Eran dos botellas de un refresco típico sudamericano y unas hojas de eucalipto, se supone que para tapar el posible olor de la droga, ya que en el interior iban tres litros de cocaína líquida. Este método es tan sofisticado que esa solución no dio positivo ni al ‘narcotest’ que hacen las Fuerzas de Seguridad para confirmar que una sustancia tiene droga.

 

El envío lo recogió una pareja ecuatoriana, que fue arrestada antes de que se lo entregase a un colombiano de 43, identificado como G.F.R.W. y que, tal y como explicaron fuentes del caso a El Día de Valladolid, era una especie de experto químico, un «gurú» que era capaz de convertir esos tres litros de cocaína líquida en unos 2,7 kilos de droga en polvo, de gran pureza y lista para vender.
 

 

Un garaje-laboratorio. La investigación llevó a los agentes no solo a la detención del ‘químico’, sino también a la de su pareja, una colombiana de 40 años a la que se sorprendió tirando por el desagüe parte de la droga y los materiales que guardaban en su lujoso chalé de Guadalajara. Fuentes del caso detallaron que el presunto narco, con numerosos antecedentes por tráfico de drogas, tenía montado en el garaje de la vivienda un completo laboratorio en el que transformaba esa cocaína líquida en la droga que vendía a grupos como el de los dominicanos de Valladolid. En total, había unos cuatro kilos de cocaína.

 

Y desde este presunto narco se llegó a un marroquí de 46 años (identificado por las iniciales A.M.), que tenía una peluquería y un piso en el barrio madrileño de Vallecas, y que, presuntamente, era la persona que abastecía de sustancias de corte y precursores al ‘químico’ colombiano para sus procesos de elaboración. En los dos registros se encontraron seis kilos de hachís y una Taser (una pistola eléctrica).