El problema de la depuración de aguas continúa siendo un problema en la provincia. Más de 180 pueblos de Valladolid depuran sus aguas residuales de forma irregular, según los datos que maneja la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), lo que supone que 7.455.395 metros cúbicos llegan a los ríos de la provincia contaminados con el consiguiente perjuicio para el medio ambiente.
Dentro de la cuenca del Duero en la provincia de Valladolid, la CHD tiene inventariados un total de 252 vertidos al Dominio Público Hidráulico (DPH) provenientes de núcleos de población (municipios o entidades locales menores), pertenecientes a 224 términos municipales distintos. A este respecto, cabe señalar que estos vertidos incluyen tanto los que se realizan directamente a cauce como los que se producen a terreno.
De todos ellos, llama la atención el hecho de que 180, es decir, el 71 por ciento de los núcleos de población existentes en la provincia no depuran bien su aguas. Estos 7,4 millones de metros cúbicos representan el 11,2 por ciento del caudal que se mueve anualmente en la provincia de Valladolid, que se filtra a los ríos sin depurar o con una depuración deficiente.
En total, 135.039 vecinos y pequeñas empresas en la provincia que están depurando mal sus aguas con la consiguiente contaminación tanto para el terreno como en los propios ríos. Una cifra que puede parecer muy elevada, pero en el conjunto de Castilla y León son 736.963 ciudadanos y pequeños negocios los que realizan esta práctica.
Hay que tener en cuenta que el Protocolo suscrito en diciembre del 2010 entre el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Castilla y León, reflejaba que todos los municipios debían depurar de forma correcta sus aguas antes de 2016. Algo que no se cumple. Cuando pasan más de cuatro meses desde que fuera de obligado cumplimiento, hay 180 pueblos que no cumplen la normativa.
La alcaldesa de Mucientes, Emiliana Centeno, indicó que aún están pendientes de que la Junta de Castilla y León apruebe la partida correspondiente para la puesta en marcha de su depuradora. «Los pueblos de menos de mil habitantes no somos prioritarios y más todavía habiendo pueblos grandes sin depuradora que tienen más prisa. La gentes de la CHD estuvieron presentando el proyecto, pero de momento no sabemos nada porque tienen otras prioridades», indicó.
En Megeces también estaba prevista una depuradora por valor de un millón de euros que diera servicio a 1.600 vecinos. Sin embargo, el alcalde, Abel Manso, no quiere oír hablar de esta nueva infraestructura, ya que supondría un «importante» aumento en la factura del agua para los vecinos del pueblo. «Nosotros tenemos una que se hizo con los fondos del Plan E y que ya nos funciona perfectamente. Mira en Campaspero que han hecho una y, por lo visto, tiene unos gastos terribles».
Vertidos indirectos. La CHD advierte de que en el caso de las pequeñas poblaciones las instalaciones existentes se han quedado, en muchos casos, «obsoletas o inutilizadas» por un deficiente mantenimiento, siendo necesaria la puesta en marcha de un tratamiento adecuado para el vertido de aguas residuales.
En el caso de poblaciones mayores de 2.000 habitantes equivalentes (la CHD denomina así a vecinos y empresas que vierten a los ríos), la mayoría cuenta con tratamientos adecuados y están funcionando correctamente, aunque el año pasado se impusieron seis sanciones a ayuntamientos por vertidos irregulares.
El principal problema se relaciona con los vertidos indirectos que reciben las estaciones depuradoras de aguas residuales a través del saneamiento municipal, principalmente procedentes de actividades industriales contaminantes (mataderos, queserías, bodegas,…), en muchos casos con deficientes pretratamientos que ocasionan con frecuencia que los rendimientos del sistema de depuración no sean los esperados.
La Confederación Hidrográfica del Duero estima que en pequeños núcleos de población, no obstante, resulta de interés considerar soluciones tecnológicas de bajo coste, tanto de instalación como de mantenimiento, que resultan más asumibles.