La indignación invade México

Agencias
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Una manifestación por la capital del país para reclamar la vuelta a casa de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre finaliza con altercados violentos y la detención de 31 personas

La indignación invade México - Foto: HENRY ROMERO

La desaparición de los 43 estudiantes de Magisterio en la ciudad de Iguala, en el estado de Guerrero, el pasado 26 de septiembre ha generado una ola de indignación en México y ha sacado a las calles a miles de personas que reclaman que los jóvenes vuelvan sanos y salvos a sus casas. Con este fin, se concentraron el pasado jueves miles de personas en México D.F. en una concentración que transcurrió de manera pacífica, pero que terminó con altercados violentos que empañaron el acto.

Los incidentes se desencadenaron cuando un grupo de jóvenes empezó a tirar las vallas y lanzaron cohetes y proyectiles contra las Fuerzas de Seguridad que resguardaban el Palacio Nacional, al grito de «Asesinos, asesinos». Los agentes arrestaron finalmente a 31 violentos de las 30.000 personas que caminaron hacia la Plaza del Zócalo, situada en el centro de la capital. Apenas unas horas antes, los encapuchados se habían enfrentado también antes con la Policía cerca del aeropuerto, con el resultado de 15 detenidos y dos agentes lesionados.

Para el Gobierno no fue una sorpresa que se produjeran este tipo de actos, ya que la desaparición de los normalistas ha sembrado la indignación entre la sociedad, cansada de la violencia y la corrupción que anida en el entramado social y político del país. Por eso, unas horas antes de que se iniciaran las protestas, el presidente, Enrique Peña Nieto, hizo un llamamiento a los ciudadanos para que evitaran actos de violencia en la que está suponiendo la mayor crisis de la nación en sus dos últimos años de Gobierno.

«Los mexicanos decimos no a la violencia», arengó el líder del país en la conmemoración del aniversario del inicio de la Revolución Mexicana del 20 de noviembre de 1910, durante un acto de entrega de ascensos y condecoraciones militares en el Campo Marte.

De poco sirvió que las Fuerzas del Orden se mantuvieran al margen de la concentración en su avance por las calles de la capital, pues cuando estaba a punto de terminar, estalló. «Estos jóvenes tenían varios objetos aptos para causar daño. Obviamente, había cócteles molotov», sentenciaba el alcalde de México D.F., Miguel Ángel Mancera.

En los incidentes que se registraron frente al Palacio Nacional, la Policía, que actuó desarmada, protegida con cascos y escudos, respondió con extintores y gases lacrimógenos a los manifestantes que los atacaban con palos, explosivos caseros y botellas.

La repulsa a este tipo de acciones también llegó desde la voz del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien subrayó que el Gobierno federal no tolerará que grupos ajenos al movimiento de apoyo a los normalistas ataquen a las instituciones y a las fuerzas de seguridad, «por lo que hemos actuado con firmeza y con determinación», argumentó.

«Llama la atención que una de las personas que actuó con mayor violencia es extranjero», expresó en relación a uno de los detenidos, de nacionalidad chilena.

Ante esta situación, explicó que las autoridades cuidarán y respetarán las expresiones de solidaridad con las familias de los normalistas desaparecidos, siempre y cuando, no respalden la actuación de los grupos violentos que se mezclan con los manifestantes pacíficos.

«Es inadmisible la radicalidad de los grupos ajenos a este movimiento. No es la primera vez que lo hacen, agredieron y atacaron a las fuerzas de seguridad», denunció Osorio Chong.

Esperanza viva. Los padres de los estudiantes que permanecen en paradero desconocido no se cansaban de decir que mantienen la «esperanza» e «ilusión» de hallar con vida a sus hijos. «No vamos a descansar hasta encontrar a los muchachos o hasta que nos los entreguen, porque estamos seguros de que saben donde están», manifestó uno de los portavoces de los familiares en el Zócalo al término de las marcha.

En este contexto, y con el Palacio Nacional como telón de fondo, los familiares denunciaron el «engaño» por parte del Gobierno de Peña Nieto y convocaron a organizaciones estudiantiles, civiles, a campesinos y a habitantes del país a conformar «un comité contra las desapariciones» para dar con el paradero de los estudiantes.

Ante miles de personas, señalaron que durante sus últimos viajes al norte del país pudieron constatar que «en todo el país hay fosas clandestinas, no solo en Guerrero», por lo que instan a toda la sociedad a unirse contra esta lacra.

Por su parte, el representante de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Omar García, aseguró que ellos seguirán buscando a sus compañeros «aunque cueste la vida» y destacaron el «hecho histórico» de que la movilización masiva de la sociedad civil se lleve a cabo en el día de la Revolución Mexicana.