Vive en Vigo, a 400 kilómetros de su Valladolid natal y de Pajarillos, su barrio, de donde es y se siente; y que da nombre a como se le conoce desde que un día Alejandro Romero le bautizase así en una retransmisión radiofónica. Porque a Francisco José López Tarazaga pocos le llaman así. Él es el alcalde de Pajarillos o como poco Paco López.
Sus inicios en el mundo del balonmano fueron cuando era un crío en el Aula. Por allí andaba cuando Manolo Cadenas, por entonces entrenador del BM Valladolid se fijó en él. «Era cadete y me llamaron para entrenar con ellos», recuerda. Así que se ejercitaba con el primer conjunto de la ciudad y seguía jugando con sus amigos en Pajarillos. En juveniles, su equipo se integró en la infraestructura de los de Huerta del Rey, pasando a llamarse Aula Cultural BM Valladolid. Y su debut no se hizo esperar: «Creo que fue ante el HK Drott Halmstad de Suecia, en el primer encuentro europeo del club». Era el 5 de octubre de 1997 y Paco López contaba con 17 años. El BM Valladolid se impuso en la Copa EHF a los escandinavos por 34-29 y el de Pajarillos hizo 1 gol.
«Para mí fue una formación como jugador y persona. Además de conocer el deporte, y pasar de estar con los amigos a verlo como profesional. Fue una etapa de aprender muchas cosas y encima coincidiendo con la explosión del club», señala. Aunque comenzó entrenando con Cadenas, en sus años en Valladolid siempre estuvo dirigido por Juan Carlos Pastor.
De aquella época mantiene contacto aún con algunos jugadores, con los que incluso queda un día al año, normalmente en época navideña: «Con Raúl González, que además fue mi entrenador en juveniles, Uribe, Chema y otros que llegaron después como Malumbres o Davis».
Estuvo en Valladolid hasta 2003, cuando comenzó un periplo de 10 años lejos de casa. Primero se fue a Cangas: «Me hicieron una propuesta aquí como para decir que no. No es que me quisiera ir, pero era lo que tenía que hacer». Y de Galicia se fue a Alcobendas, luego a Pilotes Posada, a Barakaldo, Naturhouse La Rioja y Anaitasuna.
Ahí hace un pequeño parón y se va a Serbia, donde jugaba su pareja, la internacional Begoña Fernández, siendo el primer español en la Liga masculina de aquel país.
Tras regresar a España en diciembre de 2013 y estar medio año parado, recibe la llamada del Cuatro Rayas BM Valladolid. Vuelve a casa, pero la temporada no sale como se esperaba. Se desciende, el club entra en concurso de acreedores y desaparece. En ese momento, Paco López decide dejar la práctica del balonmano de forma profesional. Era 2014. Se va a vivir a Galicia y juega una temporada más en el Chapela de Primera Nacional: «Ya no era lo mismo. Estuve un año y lo dejé».
Entonces dio un vuelco a su vida profesional. Estudió para ser Guardia Forestal y ha estado trabajando con brigadas. Ahora lo hace en el Servicio de Limpieza de Vigo mientras se prepara las oposiciones para Agente Medioambiental y Forestal en Galicia.
«A Valladolid voy menos de lo que me gustaría. Por el tema laboral, sobre todo. Ahora ya hay ganas de volver a ir», asegura. En Vigo vive junto a su pareja, Bego, y su hijo, Luka. No tiene la morriña de los gallegos, pero casi: «Llevo una temporada larga sin poder ir y me está picando».
Fue el primer español en jugar en la Liga serbia
Aunque sea de forma anecdótica, Paco López jugó media temporada en el RK Zajecar, siendo el primer español en la Liga Serbia. «Estuve unos meses y fue un desastre. Fui allí por temas personales, por jugar con mi pareja (Begoña Fernández) y nos volvimos en diciembre», señala bromeando con que fue el primero y quizá el último.