«De la investigación de hoy saldrán los puestos de trabajo de nuestros hijos»

ó. f.
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José Carlos Rodríguez-Cabello puso en marcha Bioforge hace casi 20 años para trabajar en todas las áreas que le interesaban

José Carlos Rodríguez-Cabello nació en Ponferrada (León) hace 53 años. Poco después de cumplir la treintena, este investigador decidió probar cosas nuevas, salirse de las líneas clásicas de trabajo y «buscar nueva ciencia», como él dice. Así, se juntó con otro par de jóvenes «con ganas de marcha» para crear el Grupo de Materiales Avanzados y Nanobiotecnología (Bioforge), que hoy en día es uno de los siete de Castilla yLeón y cuatro de Valladolid con la categoría de excelentes. Los otros tres de la capital son el Instituto de Ciencias del Corazón (Icicor), el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) y el Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA).

 

Rodríguez-Cabello se licenció en Química en 1986. Por entonces ya tenía «un interés claro por los aspectos biológicos», como demuestra el hecho de que se especializara en Bioquímica. Después fue «capturado por el encanto de la Física» y decidió compaginar sus primeros pasos en la investigación con una profundización del conocimiento en este campo. Así fue como completó su segundo licenciatura, la que le ha permitido avanzar profesionalmente por el mundo académico. De hecho, ahora es catedrático de Física. Es decir, Bioforge es una creación que nace de la suma de todas sus inquietudes.

 

Su balance de estos casi 20 años en Bioforge es muy satisfactorio, aunque trabaja en un ámbito, el de la investigación, que ha sufrido de forma contundente los efectos de la crisis económica. «La financiación en España está por debajo de la Unión Europea y la coyuntura actual ha sido desastrosa», opina. De hecho, Rodríguez-Cabello recuerda que un buen número de grupos de investigación han desaparecido. «Pero otros hemos sobrevivido con buena salud, así que todas estas circunstancias están actuando como una selección natural», agrega.
 

El papel de la ciencia. Pero, más allá del dinero, el director de Bioforge lamenta que «la sociedad española entiende muy poco el papel de la ciencia y la tecnología». No es solo una cuestión de abundar en el conocimiento. Según él, también hay que tener en cuenta que «de la investigación de hoy saldrán los puestos de trabajo de nuestros hijos, no solo los nuestros». Solo por este motivo cree que los políticos deberían alejarse de planteamientos cortoplacistas e invertir en este área. «Hay que tener una visión de futuro muy clara para apostar por algo que no va a producir rendimientos hoy ni en los próximos cuatro años, sino dentro de 30», añade.

 

Rodríguez-Cabello cree que puede influir el hecho de que España es «un país demasiado joven, aunque parezca un contrasentido», que «se ha incorporado relativamente tarde a todas las revoluciones tecnológicas e industriales». Recorrer el camino perdido es cuestión de voluntad.