Proyecto Hombre alerta de la baja alarma social con el consumo de alcohol entre los jóvenes

Ical
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La directora de la Fundación Aldaba asegura que "sin inserción laboral de las personas drogodependientes es casi imposible la rehabilitación"

Un grupo de jóvenes hace botellón. - Foto: Ical

Fundación Aldaba-Proyecto Hombre Valladolid alerta de la baja alarma social y la escasa percepción de riesgo en lo que respecta al consumo de alcohol entre los jóvenes pese a se trata del tipo de “droga” más extendido y supuso la atención de 48 menores a lo largo de 2013. Un número que, posiblemente, se duplicará este año puesto que ya ha alcanzado esa cifra en lo que va de 2014.

La directora de la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre Valladolid, Maria Paz de la Puente, destacó hoy durante la presentación de la memoria de 2013 la buena acogida del Proyecto Joven, que lleva un año de funcionamiento. Tiempo suficiente para comprobar que pese a que el abuso de alcohol se da, prácticamente, en todos los casos que atienden el consumo de cannabis es la sustancia principal para iniciar el tratamiento.

Y eso que declaró que la detección precoz es “fundamental” para minimizar los daños, además de apuntar que el éxito terapéutico es superior al 90 por ciento en los jóvenes que finalizan el programa. Un éxito que supone la disminución o desaparición del consumo, la recuperación de la normalidad familiar, el uso saludable del tiempo libre y la incorporación al sistema educativo o laboral.

Junto a los 48 menores que participaron en el programa, hubo 65 padres y madres puesto que la colaboración de la familia es fundamental para lograr buenos resultados. Pero también es necesaria una implicación de la escuela, los CEAS y las asociaciones de los barrios.

La coordinadora terapéutica de la Fundación Aldaba, Ana Macías, señaló que los adolescentes de Castilla y León inician antes de la media nacional el consumo de alcohol, 13 años frente a los 14 del resto de España, además de existir una mayor prevalencia. Trató de explicar este comportamiento por las variables culturales como, por ejemplo, que la Comunidad es productora de vino.

Pese a que el vino no es precisamente el alcohol que consumen los jóvenes puesto que se trata de bebidas de alta graduación a través de combinados. “Los padres deben ser conscientes que su experiencia cuando eran adolescentes es muy diferente a la de sus hijos en la actualidad”, precisó. El patrón de los jóvenes de hoy es el consumo de una cantidad importante de alcohol en poco tiempo.

Ante esta situación, De la Puente abogó por un trabajo en coordinación, no solo con entidades vinculadas a las personas usuarias de Proyecto Hombre sino también con los planes autonómicos, municipales y provinciales de drododependencias. “Hay que seguir el ejemplo del tabaco, que tan buenos resultados ha logrado, porque es necesario un discurso social que condene conductas como el consumo de alcohol, además de existir una ley”, consideró.

La directora de la Fundación Aldaba insistió en incrementar la percepción del riesgo y reducir los planteamientos condescendientes y tolerantes frente a las drogas, especialmente entre los jóvenes y el alcohol.

Además, Macías recordó que existe una relación de causa-efecto entre los jóvenes que debutan muy pronto con el consumo del alcohol para luego tener más probabilidades de iniciarse en otro tipo de drogas. De ahí que comentara que el mensaje del equipo terapéutico a las familias es retrasar lo más posible el consumo de alcohol. Entre otras cosas, porque a mayor edad hay más madurez y personalidad que pueden evitar los abusos.

Presos drogodependientes

El programa de la Fundación Aldaba más consolidado en el tiempo es el intrapenitenciario de drogodependencias en las cárceles de Villanubla (Valladolid) y Dueñas (Palencia). A lo largo del año pasado, los técnicos de Proyecto Hombre prestaron atención a 160 personas, de las que 19 cumplieron penas fuera de la prisión.

La directora Maria Paz de la Puente mencionó que el “discurso alarmista” con la persona drogodependiente ha desaparecido al no causar alarma social ya que apenas trae asociada delincuencia y enfermedades de riesgo de transmisión sexual. “Pero no hay que caer en la complacencia porque hay un colectivo que lleva años enganchado a las drogas hasta convertirse en policonsumidor”, aseveró.

La prevalencia de drogodependientes se mantiene estable pero no así el número de casos admitidos en tratamiento puesto que Proyecto Hombre en Valladolid prestó más servicios en 2013. Lo que no ha cambiado es la distribución de sexos ya que el 90 por ciento de los usuarios en el ámbito residencial y ambulatorio es hombre.

El perfil que centra gran parte de los esfuerzos de la Fundación Aldaba es el del preso drogodependiente por ser una persona que aúna un largo recorrido de consumo, un historial de delitos, una mala salud y escasas posibilidades de inserción. La directora de la entidad afirmó que no hay ningún currículum, sin formación ni experiencia laboral. Por eso es tan importante la posibilidad de cumplir penas en centros de rehabilitación fuera de la prisión.

Enfermos mentales

Otro factor añadido es la comorbilidad psiquiátrica en la mayoría de las personas drogodependientes en tratamiento, lo que obliga a un abordaje paralelo de la enfermedad mental y de la drogodependencia. De la Puente señaló que el ingreso en programas ambulatorios y residenciales de la fundación obtiene éxitos y hay mejoras en su comportamiento y relaciones. La clave es la inserción socio laboral.

El Servicio de Orientación Laboral de Proyecto Hombre en Valladolid atendió a 80 personas, de las que 25 encontraron un trabajo. Una inserción que ha sido posible, en parte, por la colaboración de un empresario vinculado a la entidad que ha ofrecido empleo a los usuarios de la Fundación Aldaba.

La directora del centro pidió mayor conciencia social y responsabilidad empresarial para dar oportunidades laborales a las personas en riesgo de exclusión social, pese a ser consciente del actual momento económico. No en vano, De la Puente aseguró que “sin inserción laboral es casi imposible la rehabilitación”.