El humor llega a la Seminci

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Los cineastas israelíes Sharon Maymon y Tal Granit concurrieron ayer a la Sección Oficial con 'La fiesta de despedida', una tragicomedia humanista donde el humor se cuela entre los resquicios de la mayor de las tragedias, la muerte de un ser querido

El humor llega a la Seminci

Fieles a Valladolid, en cuyo festival han presentado toda su filmografía hasta el momento, los cineastas israelíes Sharon Maymon y Tal Granit concurrieron ayer a la Sección Oficial con ‘La fiesta de despedida’, una tragicomedia humanista donde el humor se cuela entre los resquicios de la mayor de las tragedias, la muerte de un ser querido.

El público y la crítica dedicaron una sonora ovación a la película tras su estreno en la Seminci, y tras el estreno ambos reconocieron que «Valladolid ha sido un hogar para todas nuestras películas». Así, en 2009 Maymon presentó en Punto de Encuentro ‘Cuestión de tamaño’, su primer largometraje, y desde entonces ha regresado, siempre en compañía de Tal Granit, con los cortometrajes ‘Matar a un abejorro’ (Espiga de Oro en 2010) y ‘Vacaciones veraniegas’ (2012).

‘La fiesta de despedida’ transcurre en una residencia de ancianos de Jerusalén, donde la amistad y el respeto al prójimo adquieren una dimensión diferente a la cotidiana. Yehezkel es un inventor nato, que vive allí con su mujer, Levana, y se verá en una encrucijada cuando Max, el mejor amigo de ambos, suplique por su muerte ante una enfermedad terminal. Con Yana, la mujer del enfermo, y junto a un veterinario y el amante de éste, un policía retirado, conformarán un ‘escuadrón de la muerte’ gracias a una máquina de autoeutanasia desarrollada por Yehezel.

Historia de integración. Por su parte, el director austriaco Umut Dag muestra el reverso de la señorial Viena en ‘Grietas en el hormigón’, una contundente historia de integración, violencia y destino. La película desgrana la historia de Ertan, un hombre de 35 años que fue condenado a quince años de prisión por golpear hasta la muerte a otro, y que sale a la calle con la condicional tras pasar diez años de su vida entre rejas. Al regresar a su barrio, todo ha cambiado para él: su madre todavía sufre en silencio por lo que hizo su hijo, su hermano le repudia, su exnovia pidió una orden de alejamiento contra él, y sus dos mejores amigos de juventud viven en los polos opuestos del éxito: uno vive al límite, ahogado por negocios ruinosos y por el juego, mientras que el otro se ha convertido en el capo del narcotráfico en la zona.

Ayer también se pudo ver ‘La tirisia’, del cineasta mexicano Jorge Pérez Solano, que plasma en imágenes el drama que viven muchos núcleos rurales mexicanos, donde los hombres se ven obligados a emigrar y romper sus raíces en busca de un futuro mejor, para ganarse el sustento con el que mantener a sus familias, que se quedan aguardándoles en casa.