El espectáculo esta vez también estaba fuera porque fue ver para creer dado que una protesta de un grupo de personas contra el uso de animales en circos terminó con el oso haciéndoles cortes de manga en la puerta del recinto. A priori el oso era parte de la función de las 19.30 horas del pasado sábado pero también se convirtió en protagonista en una concentración de un grupo de 45 ciudadanos en contra de animales en estos recintos. Y es que, según fuentes de la Policía Municipal, la protesta prevista en las proximidades del Real de la Feria hizo acto de presencia en la entrada del Circo Holiday que está en la capital desde el pasado 10 de septiembre.
Su protesta coincidía con el final de la primera sesión de la tarde y el comienzo de la segunda, con lo que en esa zona de entrada y taquillas había unas 500 y empezando a salir del circo otras 1.000 personas. Eran casi las 21.00 horas cuando siete patrullas de la Policía Municipal (14 agentes) se personaron en los accesos del Circo Holiday ante lo que estaba sucediendo y reconocen que se quedaron perplejos al llegar al lugar de los hechos al encontrarse en la puerta, dentro del recinto del circo, al oso. Se trata de Lima, un animal que en su espectáculo se dedica a bailar, a hacer hulla-hops o tocar la trompeta pero que en ese momento le había sacado el director del circo, Justo Sacristán, «para hacer ver que el oso es uno más de nuestra familia del circo, que no recibe ningún tipo de maltrato por parte de nadie», explicó a El Día de Valladolid, al precisar que el animal lleva con ellos 30 años.
Y en medio este rifirrafe de acusaciones, de los protestantes increpándose también con algunas personas del público, según la versión policial y del circo, el oso empezó a hacer cortes de manga a los animalistas. Entre tanto, «mucha tensión entre todas las partes: animalistas, público, policías y director», por lo que los agentes de Policía Municipal más otras dos dotaciones de la Policía Nacional que se sumaron hicieron una línea para detener a los manifestantes e instaron al dueño a que llevase el animal a su jaula.
«Pero lejos de obedecer, seguía amedrentando a los protestantes, por lo que tras varios avisos se le denunció por incumplir la Ley de Seguridad Ciudadana», explicó ayer la Policía Local e insistir en que «había «demasiada gente retenida allí y, por qué no, pudiera haber habido un problema mayor». Con todo, JustoSacristán se defendió diciendo que estaba en su recinto y que hacía ver «los buenos ciudadanos a los animales y que no pueden ir a la puerta de uno a increpar e insultar a nuestros clientes y a nosotros mismos».