Un cambio radical de tendencia. El campo vallisoleltano está viviendo uno de los mejores momentos de su historia reciente si se tienen en cuenta los números de nuevos emprendedores que llegan a los municipios para afrontar un negocio relacionado con la agricultura o la ganadería. Durante los últimos años, los pueblos vallisoletanos han visto como poco a poco, año tras año, el número de profesionales del sector primario iba reduciéndose sin pausa. Es más, el campo vallisoletano ha llegado a perder un agricultor o ganadero cada tres días. Según las cifras que manejaba el sindicato Unión de Campesinos (UCCL) el año 2010 comenzó con 5.350 profesionales inscritos al Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social a los 5.224 que trabajaban al finalizar el año en la provincia vallisoletana.
Sin embargo, estos datos contrastan de forma notable con las últimas cifras reflejadas en el Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social, que reflejan que durante los nueve primeros meses del año el número de agricultores de la provincia ha aumentado en 54. Es una cantidad no muy elevada, pero sí muy significativa porque representa un importante cambio de tendencia. Así, el campo vallisoletano ha pasado de contar con 4.980 a comienzos de años a 5.034 en el mes de septiembre.
Los pueblos ya no pierden agricultores y ganaderos, sino que los ganan. La Unión de Asociaciones de Autónomos y Emprendedores (UATAE) destacó el incremento que ha vivido el sector agrario hasta septiembre de 2014 con 282 agricultores y ganaderos más, hasta alcanzar una cifra de 42.191, cuando en diciembre de 2013 era de 41.909.
El secretario General de UATAE en Castilla y León, José Ignacio Falces, destacó que «el sector primario ha vivido en las últimas décadas una importante crisis silenciosa, con la desaparición de un considerable número de explotaciones en algunos casos por jubilación, sin que se haya producido un adecuado relevo generacional. Sin embargo, en este año los datos no engañan y se está produciendo una interesante recuperación del número de profesionales que se dedican a esta actividad, que se ha convertido en un pequeño sector refugio ante la crisis económica general».
De la misma forma opinan los representantes de las organizaciones agrarias, quienes sostienen que los jóvenes que están llegando al campo durante los últimos meses lo hacen de una forma cada vez «más preparada» apostando por la modernización de las explotaciones. «Piensan en el mercado global y en las exportaciones. No tienen nada que ver con las explotaciones antiguas», destaca el presidente de Asaja Valladolid, Lino Rodríguez.
Eso sí, los sindicatos coinciden en señalar que resulta muy complicado empezar un negocio, tanto en la ganadería como en la agricultura, comenzando de cero. Por eso, matizan que la mayor parte de los nuevos emprendedores que llegan al medio rural lo hace con un conocimiento del oficio y apoyándose en maquinaria y tierras de familiares. «Muchos de los que empiezan lo hacen cogiendo las explotaciones de algún familiar. Por ejemplo, sus padres que se jubilan y ellos se quedan con el negocio», expuso el secretario de UCCL, Valentín García.