Catalá compromete el inicio de la obra del Campus para finales de año pero avisa de una ejecución «larga»

A. G. Mozo
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El ministro de Justicia presenta en Valladolid los detalles de la primera fase del Campus judicial, en una reunión con todos los sectores que trabajan en el ámbito de la judicatura

Tres ministros y seis años más tarde, las obras del Campus de la Justicia comenzarán en las últimas semanas de este 2015. Francisco Caamaño prometió el inicio para 2009; Gallardón, para 2012 (y 2013); y ahora es Rafael Catalá el que da la que parece que será la fecha ‘buena’. El ministro de Justicia, que estuvo ayer de visita en Valladolid, dejó ‘firmado’ este compromiso, pero, eso sí, se apresuró a advertir hasta la saciedad de que esta iba a ser «una obra compleja y larga» y a la que era «muy difícil» ponerle fechas. Es más, el ministro se fue de la ciudad sin aventurar nada respecto a los plazos de conclusión de la obra. En cambio, en la nota de prensa difundida horas más tarde desde el propio Ministerio, sí se situaba en 2020 la fecha de conclusión.

Catalá estuvo en Valladolid con objeto de presentar el proyecto del Campus judicial a los profesionales de la Justicia de la ciudad, entre los que estaba el juez decano, la fiscal jefe y el presidente de la Audiencia Provincial, principal impulsor del Campus desde 2004. «Vosotros ya sabéis y conocéis, por no decir que sufrís, el problema que supone la dispersión de sedes de Valladolid. En la Administración, también, pagando los alquileres», confesó ayer Catalá durante el acto que se celebró en la sede de la Delegación del Gobierno.

El ministro explicó que con la construcción del Campus se va a aliviar la dispersión de sedes que sufre la ciudad -actualmente, hay ocho edificios judiciales abiertos- y, también, la sangría económica que obliga a pagar más de un millón de euros cada año por los alquileres de tres de las sedes.

años de parón. El anuncio de Rafael Catalá llega después de unos años de parón del proyecto del Campus de la Justicia como consecuencia de la crisis, según reconocía ayer el propio ministro: «Todos hemos tenidos que hacer esfuerzos y este proyecto, también».

En su alocución de ayer ante una veintena de profesionales del ámbito jurídico y varios políticos (estaban varios parlamentarios del PP, el alcalde de Valladolid, el vicepresidente de la Diputación, la presidenta de las Cortes...), el ministro no rehuyó, incluso, dar una explicación a la coincidencia de esta presentación con el último día en que están permitidos este tipo de actos que lindan con lo electoral. «Lo cierto es que hemos hablado mucho del Campus de la Justicia de Valladolid, con lo que si fuese por elecciones, llevaríamos unos cuantos años en campaña electoral...», argumentó.

No le faltaba razón al ministro en lo de que del Campus se lleva hablando mucho tiempo. Es más, está sobre la mesa desde hace ya más de diez años y ha sobrevivido a cinco ministros.

De los cuatro predecesores de Catalá en el cargo no todos dieron pasos igual de firmes para hacer realidad esta infraestructura que, ahora, se anuncia para finales de año, pero conformándose con los 300.000 euros que, vía enmienda a los Presupuestos Generales del Estado, lograron hace unos meses los parlamentarios del Partido Popular por Valladolid. «Esos 300.000 euros nos van a permitir dar los primeros pasos y mantener firme nuestro compromiso. Pero hay que ser realistas, va a tener un tiempo largo de ejecución», según insistió ayer Catalá en varias fases de su discurso. Un tiempo que se iría hasta 2020 según la nota del Ministerio de Justicia.

De confirmarse esos plazos, habrían pasado 16 años desde que un Feliciano Trebolle recién aterrizado en la Presidencia de la Audiencia Provincial de Valladolid, lanzó el guante a la clase política para acabar con la dispersión de sedes judiciales de la ciudad.

ministro a ministro. En el cargo estaba por aquel entonces Juan Fernando López Aguilar (PSOE), pero, al igual que hiciese su sucesor (Mariano Fernández Bermejo), se limitó a constatar la necesidad de una infraestructura de ese calibre, pero sin alcanzar grandes avances y, por supuesto, ningún compromiso, enfrascados durante años en la búsqueda de suelo, primero de pago (el antiguo colegio El Salvador) y, después, gratis (terrenos municipales).

No fue hasta septiembre de 2009 cuando el también socialista Francisco Caamaño decidió dar el primer gran impulso a lo que, hasta ese momento, era solo un proyecto; seleccionaba la parcela de Girón de entre todas las que el Ayuntamiento había ofrecido y anunciaba el inicio de las obras para ese mismo año.

Pero no se cumplía. Caamaño se fue, vino la crisis económica y el primer ministro de Justicia del Gobierno de Mariano Rajoy -el cuarto en la historia del proyecto del Campus-: Alberto Ruiz Gallardón. Y nada avanzó. Desde su Ministerio llegaron hasta dos compromisos para empezar las obras a finales de 2012 y, después, en las últimas semanas de 2013, pero ninguno se cumplió. Ahora llega la que parece que será el definitivo, el de Catalá. La parcela de Girón ya espera. La Justicia de Valladolid, también.