No habiéndose podido practicar la notificación de la denuncia en el acto e intentada sin efecto la notificación personal en domicilio o lugar adecuado a tal fin...». Es el formulismo habitual en todos los casos en los que el Ayuntamiento tiene una multa impuesta por un radar o un ‘fotorojo’, pero no ha conseguido saber qué persona iba al volante del vehículo infractor. Lo que ya no es tan habitual es que el Ayuntamiento de Valladolid se incluya a sí mismo en esa lista.

Es lo que ha sucedido hace tres días, cuando el Consistorio  tuvo que echar mano del tablón oficial que tiene el propio Ayuntamiento (para dar cuenta de todo tipo de edictos o requerimientos, previo paso de su traslado al BOP, Boletín Oficial de la Provincia) para pedir la identificación de 47 personas, todos ellos infractores por cometer un exceso de velocidad o saltarse un semáforo.

Lo curioso del caso es que en esa lista aparece uno de los más de 450 vehículos municipales, uno de los más antiguos, además, ya que todavía tiene matrícula VA, de la serie V (correspondiente al año 1991).

En ese edicto, firmado por uno de los instructores municipales, se sigue el proceso habitual, por el cual el Ayuntamiento requiere (al propio Ayuntamiento) que aclare quién es la persona que conducía ese coche municipal al que uno de los radares captó circulando a más de 71 km/h en un tramo de 50, lo que se tradujo en una multa de 300 euros y en la detracción de dos puntos de su permiso, algo que, en este caso, no se puede arreglar con la retirada de esos dos puntos al titular del vehículo, que es lo que se hace en los casos en los que no se identifica al conductor.

Así, el instructor se ve obligado a acudir a la vía del edicto para identificar al conductor después de que, teóricamente, no se haya podido aclarar por otros cauces.