El Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León creció un 3,4 por ciento en el segundo trimestre del año respecto al mismo periodo del año pasado, cinco décimas por encima que los tres primeros meses de 2018. Una mejora impulsada por el buen comportamiento del sector primario y la industria, que siguieron mejorando sus indicadores respecto a los tres primeros meses del año. En el caso del sector agroganadero, tal y como detalló la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, durante la presentación de la Contabilidad Regional, el repunte del 12,4 por ciento contrasta con las malas cifras del año anterior cuando la sequía tumbó la producción y tiró hacia abajo de la economía de la Comunidad. En el caso de la industria, el "mejor comportamiento" de las ramas manufactureras y eléctricas fueron clave para firmar un impulso del 3,1 por ciento respecto al mismo trimestre del año anterior en el ámbito industrial. En el caso de la construcción y los servicios, ambos anotaron crecimiento positivos pero en menor medida. En el caso del mercado laboral, Del Olmo detalló que en el segundo trimestre el empleo creció un 1,3 por ciento, lo que supuso casi 13.000 nuevos puestos de trabajo en Castilla y León. Respecto a la posibilidad de mejorar la previsión de crecimiento de la economía regional, fijada por la Junta para este año en el 2,7%, la consejera rechazó tal opción y recordó que la cifra final es el resultado de la media de los cuatro trimestre. Durante el primer semestre, la economía de la Comunidad habría crecido un 3,1 por ciento. El repunte del 3,4 experimentado durante este segundo trimestre, sitúa a la economía de Castilla y León siete décimas por encima de la economía española y “bastante más” que a nivel europeo, donde el crecimiento fue del 2,2 por ciento.