Los accidentes laborales suben un 8,7% por el aumento de actividad, pero bajan los graves y los mortales

Óscar Fraile
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El año pasado se produjeron 4.436 siniestros en las empresas vallisoletanas y se registraron 8 fallecidos · Los sindicatos denuncian que algunos se califican como leves cuando no lo son

Uno de los impactos que ha tenido la crisis económica en el mercado laboral de España es un descenso continuado de los accidentes laborales. Bien es cierto que esta evolución no se ha producido por un mayor celo en el cumplimiento de las normas de seguridad, o al menos eso dicen los sindicatos, sino por un descenso de la actividad. La ecuación es fácil: menos gente trabajando, menos accidentes.
Pero lo cierto es que el año pasado se rompió esa tendencia al registrarse en Valladolid un aumento del 8,7 por ciento de accidentes, que pasaron de 4.080 a 4.436. Los propios sindicatos reconocen que el aumento de actividad laboral explica este incremento, aunque con muchos matices.


Según los datos que maneja el área de Salud Laboral de UGT, este incremento tiene su base en los accidentes leves. De hecho, en 2014 los graves bajaron de 54 a 43 y las muertes de diez a ocho.


Y ahí es donde entra uno de los matices que ponen los sindicatos. Según el secretario regional de Salud Laboral de CCOO, Mariano Sanz, muchas empresas no son lo suficientemente «rigurosas» a la hora de calificar los accidentes. «Dicen que son leves cuando no lo son y así se evitan una visita de la Inspección de Trabajo, que se produce siempre que hay un accidente grave», explica. Según él, «hay muchos estudios que dicen que realmente se registra un accidente grave por cada cuatro o cinco leves y eso no se corresponde con los datos oficiales». Y tanto. Los datos de Valladolid tienen una proporción de uno grave o mortal por cada 87 leves.


Otro de los matices que intriduce Sanz es el del índice de incidencia, que sirve para analizar el volumen de siniestralidad independientemente del volumen de actividad. Este indicador marca el número de accidentes que se registran por cada mil trabajadores. Pues bien, según él, en 2014 pasó de 70 a 74 por cada millar de empleados. Es decir, empeoró la situación.


Según los datos de UGT, de los 4.436 accidentes registrados el año pasado, el 98,8 por ciento, es decir, 4.385 fueron leves. También cabe destacar que 618 fueron in itinere, es decir, en el camino de ida o vuelta al trabajo. Para que un siniestro se considere de este tipo y el trabajador tenga las coberturas correspondientes tienes que darse una serie de circunstancias, como que el accidente se produzca en el camino habitual que haga el trabajador, que no se haya desviado para actividades de interés personal, que no haya cometido temeridades o que se produzca dentro de un horario acorde con el de salida o entrada al trabajo.

El sector que más accidentes registró el año pasado en Valladolid es el de servicios, que, por otra parte, es el que más trabajadores acumula. Fueron 2.329, más de la mitad. Por detrás está la industria, con 904; la construcción, con 360; y la agricultura, con 225. De los ocho accidentes mortales que se produjeron, cinco fueron en servicios, dos en el sector agrario y uno en la industria.


Aunque el secretario regional de Salud Laboral de CCOO opina que «se ha desarrollado una política bastante correcta» en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, no oculta que también hay «cierta relajación». Y prisas en las empresas, que siempre son las peores consejeras. «En ocasiones hacer las cosas cumpliendo con las normas de seguridad implica hacerlas más despacio, y eso significa menos productividad», asegura. Sanz también se queja de que los trabajadores cada vez cogen menos bajas porque «hay mucho miedo al despido».