Hallan muertos a una anciana y su hijo en su casa de Moral de la Reina

M.G.M.
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El fuerte olor a putrefacción existente en la calle alertó a los vecinos que avisaron a la Guardia Civil · La octogenaria y su hijo habían sido vistos por última vez el pasado 22 de septiembre

A última hora de la tarde la juez de Medina de Rioseco realizaba el levantamiento de los cadáveres, que fueron trasladados al Anatómico Forense de Valladolid. - Foto: M.G.M.

Moral de Reina vivió ayer una jornada de tristeza y consternación al hallarse a primera hora de la tarde los cuerpos sin vida de sus vecinos Sagrario M. y su hijo, Emigdio B., de 82 y 48 años, respectivamente.

Junto a la casa de las víctimas, en plena Plaza Mayor del pueblo y frente al Ayuntamiento y al centro cívico, durante toda la tarde, atraídos por la triste noticia, se fueron agrupando un buen número de vecinos, algunos de los cuales señalaron que todos los indicios apuntaban a que habrían muerto por inhalación de gas butano. También recordaron que la última vez que vieron con vida a madre e hijo fue alrededor del 22 de septiembre, por lo que, al pasar de los días, «hemos llamado a su casa, a sus teléfonos, preguntándonos cómo pasaban tantos días sin saber nada de ellos».

olor a putrefacción. En la jornada de ayer, al mediodía, el mal olor existente en la calle hizo que el juez de Paz de la localidad, Félix Sánchez, avisase a la Guardia Civil, a la vez que, por otra parte, el concejal Hilario Sánchez se acercaba hasta el cuartel de Rioseco. Hasta el lugar de los hechos, además de la Guardia Civil, se acercaron los Bomberos, que descerrajaron la puerta, Policía Judicial y forenses, que llevaron a cabo las oportunas investigaciones. A las 19.30 horas, la juez de Medina de Rioseco llevó a acabo el levantamiento de los cadáveres, que fueron trasladados al Anatómico Forense de Valladolid para la realización de las autopsias.

El comentario de algunos vecinos es que todo apunta a que el gas butano de una cocina existente en la cochera de la vivienda haya sido la causa de la muerte de la octogenaria mujer y su hijo, que, según algunas declaraciones, debían llevar muertos unos 20 días. Además, en otra de las habitaciones, a causa de la acumulación de gas, se habría producido una deflagración que habría provocado el ennegrecimiento de paredes, así como la rotura de cristales interiores y la deformación de persianas, según explicaron.

Las víctimas pasaban los meses de verano en Moral de la Reina, donde solían aguantar hasta el día de los Santos, cuando se trasladaban a Valladolid, donde el hijo trabajaba en una empresa de informática.