La red de calor de la UVa recorta 11.000 toneladas de CO2

M.R.I
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La central térmica de biomasa, a la que ya están conectados 31 edificios, incluido el Clínico, evita emisiones de CO2 equivalentes a 6.000 coches

La red de calor de la UVa recorta 11.000 toneladas de CO2 - Foto: Jonatan Tajes

La Universidad de Valladolid (UVa) puede presumir de tener la red de calor urbana con biomasa forestal más grande de España. Este sistema, que se estrenó en noviembre de 2015, ya atiende 32 edificios, 27 de ellos de la propia institución universitaria, cuatro más de la Junta de Castilla y León, y desde hace una semana se ha sumado el Hospital Clínico Universitario.

Esta red de calor pionera en el país, que sigue un trazado urbano de 26 kilómetros conectados mediante más de 12 kilómetros de tuberías, permite suministrar energía térmica a edificas que antes utilizaban para calefactarse sistemas de generación térmica individuales alimentados con combustibles fósiles, principalmente gasoil y gas. Ahora, esta instalación consume anualmente del orden de casi 7.900 toneladas de astilla forestal. Una apuesta por las energías alternativas que supone una reducción anual de emisiones de CO2 de 11.000 toneladas, una cantidad que equivale a la que emitirían unos 6.000 vehículos circulando por la capital.

El sistema ha requerido una inversión de cinco millones de euros, que financió la Junta de Castilla y León, que ha encomendado la gestión a la empresa pública Somacyl. De momento, se ha conseguido un ahorro energético al año del 15 por ciento, lo que se traduce en unos 100.000 euros al año en la cuentas de la UVa, que debe hacer frente a presupuestos de unos 1,2 millones de euros sólo en el caso de la universidad.

En el caso del Hospital Clínico la puesta en marcha de este suministro de energía térmica por biomasa permitirá un ahorro anual estimado superior al 5% de la factura energética del centro asistencial. Esto se debe a que la central aportará el 78,5 % de energía consumida por el hospital, y el 21,5 % restante se mantendrá mediante suministro de gas natural a las calderas del centro.

La implantación de este sistema de calefacción de distrito se considera «un acto de responsabilidad de la Universidad de Valladolid con el Medio Ambiente, pero también con la sociedad vallisoletana, además de ser una apuesta técnica, ética, intelectual e institucional», explica Julio Grijalba, vicerrector de Patrimonio e Infraestructuras de la UVa.

Circuitos.

La instalación tiene una potencia térmica de 19.000 kilovatios suministrados por cuatro calderas, el combustible es de astilla forestal, un recurso autóctono que permite convertir un residuo forestal en un recurso y el suministro se lleva a cabo por el Somacyl con astilla, principalmente, de Castilla y León. 

La red de canalizaciones está dividida en dos circuitos independientes. El primero de ellos suministra energía a los apartamentos universitarios Cardenal Mendoza, el Centro de Transferencia de Tecnologías Aplicadas del Parque Científico, al aulario del Campus Miguel Delibes, así como al IOBA, la facultad de Ciencias, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicaciones e Informática, así como el edificio de investigación en Química Quifima; el gimnasio, el centro de idiomas, la facultad de Educación y Trabajo Social y el Edificio I+D del Parque Científico.

El segundo circuito rodea el Campus Miguel Delibes para posteriormente atravesar por completo el Campus Río Esgueva. Este circuito finaliza en la calle Real de Burgos junto al Hospital Clínico Universitario de Valladolid, la red se ha dimensionado para dar servicio este centro sanitario y, en un futuro, a la Casa del Estudiante, la Biblioteca Reina Sofía y la Palacio de Congresos Conde Ansúrez.

En este segundo bloque están las facultades de Económicas, Comercio, Filosofía y Letras y Medicina, así como el aulario, la Escuela de Ingenería Industrial, la residencia Alfonso VIII o el Instituto de Biología y Genética Molecular, entre otros. Junto a estos 22 edificios se suman también la residencia deportiva Río Esgueva, el centro de Atletismo de Alto Rendimiento o las piscinas y el pabellón Río Esgueva.

el funcionamiento. La central de producción de calor esta instalada en el extremo norte del Campus Miguel Delibes, integrada en el terreno para posibilitar su mimetismo dentro del entorno del complejo universitario, se sitúa en el noreste de la parcela junto a la línea de ferrocarril. Desde allí se distribuye el agua caliente, más de 656.000 litros, a través de redes de conductos aislados térmicamente hacia los diferentes edificios. Este edificación está formada por dos naves. En una de ellas está la sala de calderas, y en la otra,  el silo-almacen se guarda el combustible, ya que el espacio tiene capacidad para 3.900 metros cúbicos de biomasa. 

El consumo de más de casi 7.900 toneladas de astillas al año supone un tránsito de más de dos caminos al día para abastecer a la planta, aunque con la ampliación del sistema al Clínico el consumo se puede incrementar hasta las 13.800 toneladas al año. «Si hubiese cualquier problema de abastecimiento tenemos autonomía para garantizar 15 días de funcionamiento», detalla Sergio Lorenzo González, técnico de eficiencia energética de la Oficina de Calidad y Sostenibilidad de la UVa.

La incorporación del Clínico al sistema de calor también provocará que se incremente el consumo anual de más de 20 millones de KWh al año hasta los 40 millones. «Este un gran consumidor de energía», apunta el responsable de la planta, que también detalla que su conexión es positiva, por muchos motivos, pero sobre todo porque «permite regular la demanda de la planta, sin que haya los horarios punta y valle que propicia la actividad universitaria».