Carbón para empezar el año

EFE
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El Real Valladolid cae en casa por la mínima ante el Rayo Vallcano después de encajar un gol antes del primer minuto y fallar un penalti a pocos minutos del final

Míchel Herrero, con De Tomás, en el último Real Valladolid-Rayo Vallecano. - Foto: Laliga

El Rayo Vallecano hizo valer el gol que logró a los treinta segundos del inicio, a través de Medrán, con el especial protagonismo de Dimitrievski al impedir el empate en el minuto 87 tras desviar el penalti lanzado por Míchel, el primero que pitaban al Real Valladolid en Liga.

Los aficionados que llegaron con retraso no pudieron ver el tempranero gol del Rayo, ya que tan solo habían transcurrido treinta segundos, cuando los madrileños robaron un balón en el centro del campo tras lo que, en una gran jugada, Raúl de Tomás dejó el balón medido a Medrán para que éste cruzara y sorprendiera a Masip.

El Rayo Vallecano hizo valer el gol que logró a los treinta segundos del inicio, a través de Medrán, con el especial protagonismo de Dimitrievski al impedir el empate en el minuto 87 tras desviar el penalti lanzado por Míchel, el primero que pitaban al Real Valladolid en Liga.

Los aficionados que llegaron con retraso no pudieron ver el tempranero gol del Rayo, ya que tan solo habían transcurrido treinta segundos, cuando los madrileños robaron un balón en el centro del campo tras lo que, en una gran jugada, Raúl de Tomás dejó el balón medido a Medrán para que éste cruzara y sorprendiera a Masip.

Es el mejor ejemplo para grabarse a fuego la necesidad de salir con intensidad y concentración, ya que los rivales no perdonan ninguna ocasión, ni siquiera con el partido recién comenzado, y menos cuando enfrente está un Rayo con ambición y ganas de reivindicar, con resultados, su buen juego.

Ese gol ralentizó la circulación del balón, tanto por parte del Rayo, como de un Valladolid que no encontraba su lugar en el terreno de juego y que se mostraba incapaz de crear situaciones de peligro, ya que en las dos ocasiones que lanzó a portería, a través de Míchel y de Kiko Olivas, el balón se marchó fuera.

El Rayo Vallecano hizo valer el gol que logró a los treinta segundos del inicio, a través de Medrán, con el especial protagonismo de Dimitrievski al impedir el empate en el minuto 87 tras desviar el penalti lanzado por Míchel, el primero que pitaban al Real Valladolid en Liga.

Los aficionados que llegaron con retraso no pudieron ver el tempranero gol del Rayo, ya que tan solo habían transcurrido treinta segundos, cuando los madrileños robaron un balón en el centro del campo tras lo que, en una gran jugada, Raúl de Tomás dejó el balón medido a Medrán para que éste cruzara y sorprendiera a Masip.

Es el mejor ejemplo para grabarse a fuego la necesidad de salir con intensidad y concentración, ya que los rivales no perdonan ninguna ocasión, ni siquiera con el partido recién comenzado, y menos cuando enfrente está un Rayo con ambición y ganas de reivindicar, con resultados, su buen juego.

El gol de Medrán es el mejor ejemplo para grabarse a fuego la necesidad de salir con intensidad y concentración

Ese gol ralentizó la circulación del balón, tanto por parte del Rayo, como de un Valladolid que no encontraba su lugar en el terreno de juego y que se mostraba incapaz de crear situaciones de peligro, ya que en las dos ocasiones que lanzó a portería, a través de Míchel y de Kiko Olivas, el balón se marchó fuera.

Los madrileños no se molestaban en tener la posesión, y los locales se topaban una y otra vez con la defensa del rival -formada por cinco jugadores-, por lo que el juego se volvió espeso y soporífero, con muchas pérdidas de tiempo por parte de los pupilos de Míchel Sánchez, que desesperaba a los vallisoletanos.

La mejor ocasión del Real Valladolid llegó poco antes del descanso, a través de la banda izquierda, tras la presión impuesta por los jugadores blanquivioletas, pero el buen lanzamiento de Keko fue despejado en una gran intervención por Dimitrievski, lo que impidió el empate.

Los de Sergio González salieron dispuestos a buscar la igualada, y presentaron una mayor mordiente ofensiva e intensidad en el juego, para disfrutar de una gran oportunidad en el minuto 59, de la mano de Keko, quien se cruzó toda la frontal del área rayista para lanzar con intención, si bien el meta visitante detuvo el disparo.

A medida que transcurría el tiempo, y a pesar de los cambios introducidos por el conjunto blanquivioleta, no se lograba traspasar la barrera en la que se convirtió la zaga del Rayo, cada vez más metido en su área para evitar poner en peligro la victoria, con lo que la presión se fue haciendo más evidente en la escuadra local.

Los vallisoletanos no hicieron una buena lectura del juego y, la falta de ideas se mantuvo hasta el final con malos pases, poco control del balón y escasa capacidad de creación, lo que hacía prácticamente imposible hallar algún resquicio de esperanza para, al menos, equilibrar el resultado.

Ni tan siquiera tras pitar Cordero Vega un penalti sobre Cop, el Real Valladolid logró el empate, ya que el lanzamiento de la pena máxima, por parte de Míchel, fue desviada por Dimitrievski para terminar así con las expectativas del equipo y de la afición, que no se podía creer el mal partido realizado hoy por los suyos.

Hubo tiempo para un lanzamiento a la desesperada de Nacho, por parte de los locales, que fue directo a las manos del meta macedonio, y a lo que podría haber sido el segundo gol para el Rayo, ya con el tiempo cumplido, pero Medrán, solo ante Masip, no pudo superar al portero blanquivioleta.

 

Ficha técnica

 

0 - Real Valladolid: Masip; Moyano (Antoñito, m.46), Kiko Olivas, Calero, Nacho; Keko (Verde, m.74), Alcaraz, Míchel, Toni (Duje Cop, m.63); Óscar Plano y Ünal.

1 - Rayo Vallecano: Dimitrievski; Advíncula, Amat, Abdoulaye, Velázquez, Álex Moreno; Embarba (Bebé, m.62), Medrán, Comesaña, Trejo (Álvaro, m.84); y De Tomás (Tito, m.90+).

Goles: 0-1, m.1: Medrán.

Árbitro: Cordero Vega (Comité cántabro). Mostró cartulina amarilla a Embarba (m.55), Trejo (m.58), Bebé (m.65), del Rayo.

Incidencias: Partido correspondiente a la decimoctava jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio José Zorrilla ante 17.261 espectadores.