En busca del pacto perfecto

Agencias
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Las autonomías pueden servir como un laboratorio de ensayo para los posibles acuerdos de cara al nuevo Ejecutivo

 
Si hay algo de lo que pueden presumir las comunidades es de su capacidad de llegar a pactos de Gobierno, un espejo en el que se puede mirar, principalmente, Pedro Sánchez en su tarea de llegar a acuerdos con el resto de fuerzas políticas para garantizar, como mínimo, su aterrizaje en la Moncloa.  Y es que la formalización de acuerdos de gobernabilidad o de investidura está a la orden del día en las regiones españolas desde hace años, pero sobre todo desde las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo, en las que ningún partido obtuvo mayoría absoluta en las urnas. Los acuerdos para facilitar la formación de los Ejecutivos en las autonomías han sido de distinto tipo, y no siempre la lista que contó con el mayor respaldo ciudadano es la que ha acabado mandando.
 Junto a Galicia, donde tiene mayoría absoluta y que celebra comicios el próximo otoño, el PP gobierna en solitario en Madrid, Castilla y León, Murcia y La Rioja tras llegar a un acuerdo con Ciudadanos, lo mismo que el PSOE en Andalucía, en tanto que los socialistas tienen el mando en Extremadura, Castilla-La Mancha o Aragón con el permiso de Podemos. En autonomías como la Comunidad Valenciana y Baleares los socialistas forman gobierno con partidos nacionalistas y el respaldo desde fuera del partido de Pablo Iglesias, mientras que en otras, como Canarias o Cantabria, el PSOE está dentro de Gabinetes presididos por regionalistas.
 Andalucía, que celebró sus elecciones autonómicas en marzo del año pasado, fue la que más tardó en contar con un Ejecutivo -80 días-, y Susana Díaz tuvo que someterse a cuatro votaciones para ser investida presidenta con el apoyo de Ciudadanos. Fue en plena negociación para la constitución de los ayuntamientos, tras los comicios locales de mayo, cuando el PSOE y la formación naranja cerraron un pacto de investidura basado en 72 medidas de transparencia y regeneración democrática, temas fiscales y de recuperación económica y social. Una tónica que se repetiría también después de los comicios autonómicos de primavera, en las que se examinaron todas las regiones excepto Andalucía, Cataluña, País Vasco y Galicia. Así, Ciudadanos puso hasta 80 condiciones para apoyar la ascensión de la popular Cristina Cifuentes a la Presidencia de Madrid.
El partido de Albert Rivera también respaldó en la primera vuelta a Pedro Antonio Sánchez, del PP, en Murcia, pero con el aviso de que si incumplía sus compromisos en temas importantes no descartaba, incluso, una moción de censura. Tuvo, además, la llave de Gobierno en La Rioja, donde con su abstención permitió que fuera elegido en segunda vuelta el popular José Ignacio Ceniceros, después de que diera un paso atrás el entonces presidente regional, Pedro Sanz, así como en Castilla y León, donde continuó el líder del PP en la región, Juan Vicente Herrera.
 
Alianzas con Podemos. En cambio, en Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón es el PSOE el que está en el poder tras facilitar las respectivas investiduras de los diputados de Podemos, en los tres casos una vez que así lo decidieron las bases a través de consultas telemáticas.
Guillermo Fernández Vara fue investido con los votos de su grupo y de los morados, y la abstención de PP y Ciudadanos, pero eso no impidió que, unos meses después, los grupos de la oposición echaran por tierra su proyecto de presupuestos para 2016.Tampoco tiene presupuestos todavía el socialista Emiliano García Page en Castilla-La Mancha, aunque a Podemos le suena bien «la música» del proyecto presupuestario.
 El socialista Javier Lambán fue investido, asimismo, con el voto a favor del partido de Iglesias y de la CHA, y este último partido incluso forma parte del Gobierno regional.
 A la tercera fue reelegido el líder del PSOE asturiano, Javier Fernández, y fue tras un acuerdo de investidura con IU y la abstención de Podemos, que, hasta el último momento, barajó la posibilidad de forzar un nuevo empate con la candidata del PP para seguir negociando.
 En la Comunidad Valenciana gobierna el socialista Ximo Puig gracias a un pacto con Compromís -que entró en el Ejecutivo regional- y el apoyo crítico de la formación morada, que tan solo le prestó los votos justos como para ser elegido en primera vuelta. Situación parecida a la que se vive en Baleares, donde el PSOEfirmó un pacto con los econacionalistas de MÉS y Podemos, que se quedó fuera, aunque consiguió la Presidencia del Parlamento autonómico.
 También se gobierna mediante pactos en Navarra, Cantabria y Canarias, mientras que Junts pel Sí en Cataluña tiene un acuerdo con la CUP, y el PNV en el País Vasco va capeando el temporal con unos y con otros. 
Pactos que ahora tratará de lograr Pedro Sánchez para alcanzar la Moncloa. Una cuadratura del círculo casi imposible.