Valladolid se pone a 90 km/h

A. G. Mozo
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El martes entra en vigor la reducción de la velocidad máxima en diez tramos de ocho carreteras convencionales de Valladolid. La DGT estima que la medida reducirá en un 10% los fallecidos

Carretera CL-600. - Foto: Jonatan Tajes

Los casi cuatrocientos kilómetros de carreteras convencionales con arcén de más de metro y medio que hay en la provincia de Valladolid verán reducida este martes 29 de enero su velocidad máxima de 100 a 90 kilómetros por hora. Es el día que finaliza el plazo dado por la DGT a los titulares de las vías para adaptarse al que será el primero de los cambios previstos para un 2019 en el que también se impulsarán otro tipo de medidas, vinculadas tanto a la velocidad (más radares fijos) como al carné por puntos (cuatro créditos por ir hablando con el móvil, sin casco, sin cinturón de seguridad...). Pero la primera que se ha querido poner en marcha es la reducción a 90 km/h de todos los tramos que aún hoy son de 100.

Los estudios elaborados desde la Dirección General de Tráfico apuntan a que solo con esta nueva limitación de la velocidad máxima en las carreteras sin desdoblar ya se va a conseguir una bajada de los fallecidos en torno a un diez por ciento. En Valladolid, en 2018, seis de las catorce víctimas del asfalto circulaban por una vía con un solo carril por sentido y, de ellos, solo tres por alguno de los puntos que, desde el martes, pasarán a ser de 90 kilómetros por hora. Un hombre de 65 años falleció en una colisión frontal en la N-610 (cerca de Becilla de Valderaduey); un motorista de 30 años murió en la N-601, en el término de Hornillos; y un joven de 22, en un choque con un camión en la misma N-601, pero cerca del desvío a Alcazarén.

cien en la N-601. En concreto, la velocidad se verá limitada en diez tramos de ocho carreteras, cuatro de titularidad autonómica y otras cuatro que son del Ministerio de Fomento. Serán 378 los kilómetros que pasen de 100 a 90, de los que casi un tercio (113) se corresponde, precisamente, con la N-601, sobre todo en su tramo norte (desde las inmediaciones de La Mudarra al límite con la provincia de León, en donde todavía quedan más de 73 kilómetros esperando el avance de la autovía A-60), pero también en el sur (allí fueron esos dos accidentes mortales antes citados), en donde los 40 kilómetros que hay desde el final de la variante de Laguna a Ávila siguen sin desdoblar, y sin proyecto para ello y sus travesías.

El otro gran tramo que va a ver limitada a 90 km/h su velocidad es el de los cerca de 48 kilómetros que también esperan su conversión en la Autovía del Duero (A-11), desde el final de lo único ya desdoblado (Valladolid-La Cistérniga-Tudela de Duero) hasta llegar a la provincia de Soria. La N-122 también tiene otros 16 kilómetros en una situación idéntica al oeste de la provincia, desde las afueras de Tordesillas hasta el límite con la provincia de Zamora.

El listado de nuevas zonas a 90 de la provincia se completan con los 42 kilómetros de la carretera autonómica CL-610 (de Valladolid y Puente Duero hasta Medina del Campo, también con una cuantas travesías a su paso), los 41,71 de la N-610 (que cruza de este a oeste el norte provincial en el entorno de Mayorga), los 39 de la CL-602 (la que va desde Medina del Campo hacia Cuéllar), los 36,96 kilómetros de la N-620 (que es la carretera que discurre en paralelo a la A-62, entre Tordesillas y Alaejos), los casi 27 que de la CL-600 (de Simancas a Tudela de Duero) y los 8,3 del tramo vallisoletano de la CL-621 (que es otra vía autonómica que va desde Mayorga hacia la provincia de León).

El cambio de señalización aún está en proceso por parte de las dos administraciones titulares de las ocho vías, según detallan fuentes de la Delegación del Gobierno en Castilla y León. La Junta ya está acometiéndolo, mientras que en el caso de Fomento, el cambio se va a llevar a cabo íntegramente el día 28, que es cuando se ha previsto una acción informativa en todas las comunidades para conseguir advertir de la novedad a todos los conductores.

Con pegatinas de 90 km/h.

En Valladolid, son más de cien las señales de 100 que tienen que pasar a ser de 90 km/h. De todas ellas, 70 se corresponden con las de las vías estatales y con las que se va a seguir el modelo de pegatinas metálicas, en vez del cambio íntegro del panel. Esto ya se utilizó en 2011, cuando el Gobierno redujo temporalmente a 110 kilómetros por hora el tope de velocidad permitida en autovías y es lo mismo que se va a hacer con el paso de 100 a 90, a pesar de que, en este caso, la modificación no es temporal.

La medida cuenta con el apoyo unánime de todos los sectores que tienen algo que decir en materia de seguridad vial, aunque también se ponen ciertos peros. Así, desde las autoescuelas de Valladolid, Sergio Díaz, cree que «sería mejor poner más radares fijos, pero no en rectas, sino en zonas conflictivas, donde, además, habría que bajar todavía más la velocidad máxima para que la accidentalidad de esos puntos negros, que es donde interesa, se reduzca de verdad».

las autoescuelas apoyan. En este sentido, Díaz, cree que «en Valladolid va a haber tramos con la velocidad reducida a 90 km/h sin necesidad, como, por ejemplo, el de la carretera N-601, de Boecillo a Mojados, que es una recta y donde se puede ir perfectamente a 100 sin que eso suponga un riesgo». «Donde sí lo es, en cambio, es en las curvas y en zonas conflictivas, pero, claro, para eso, se exige un estudio muy profundo que, para esto, no se ha llegado a hacer por parte de la DGT. Han hecho tabla rasa bajando a 90 todos los tramos de 100, sin ver las circunstancias de cada vía, de cada tramo».

«De todos modos, aunque esto se haya hecho así, lo cierto es que va a ser una medida buen para que esa bajada de la accidentalidad al final se pueda conseguir», tal y como admiten desde la Asociación Provincial de Autoescuelas. «Es una cuestión de lógica», reflexiona Díaz, «porque si hay algo claro en seguridad vial es que a una menor velocidad, pues habrá menos riesgo, menos accidentes y los que haya, con unos resultados de lesiones menos graves».

Los camiones, de 70 a 80 km/h. El otro punto negro que pone Díaz a esta modificación de los límites de velocidad aprobado a finales de diciembre por el Gobierno y que se pone en marcha este martes 29 en todo el país, es el hecho de que se suba la velocidad máxima para los vehículos pesados, que pasarán de poder circular solo a 70 kilómetros por hora en esas vías (sin desdoblar con más de metro y medio de arcén) a hacerlo a 80. «Es incongruente que se limite la velocidad de todos los coches, de un Mercedes nuevo de 200 caballos con sus frenos y sus modernas medidas de seguridad, por ejemplo, y que, en cambio se permita circular diez kilómetros por hora más rápido a un camión de 40 toneladas, con diez años de antigüedad... Esto no lo entiendo», concluye.