Desmontan las cinco esculturas del monumento a Onésimo Redondo en San Cristóbal

Óscar Fraile
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La empresa encargada de las obras retiró ayer el grupo escultórico, que será trasladado a unas naves situadas en Alcalá de Henares

Se acabó el culebrón. Casi una década después de que se aprobara la Ley de la Memoria Histórica, la figura de Onésimo Redondo y la de las flechas (el yugo todavía se mantiene) dejaron ayer de recortarse en el cielo vallisoletano después de que la empresa Construcciones y Desmontajes Ribera Navarra procediera a su desmontaje. Atrás queda un largo proceso de sentencias judiciales, retrasos, polémicas y cruces de declaraciones sobre la conveniencia de retirar un monumento que inauguró Franco el 24 de julio de 1961, hace 54 años y medio. Lo hizo para conmemorar el 25 aniversario de la muerte del fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), también conocido como el ‘Caudillo de Castilla’.


Los operarios comenzaron ayer los trabajos en torno a las 9.30 horas, aunque toda la zona del cerro de San Cristóbal estaba vallada desde la semana pasada. Lo primero que hicieron fue cortar las cuatro flechas que estaban unidas al yugo y que se encontraban dobladas y en un lamentable estado. Después, una a una fueron retirando las cinco figuras del grupo escultórico. La del estudiante, el combatiente, el obrero, el campesino y el propio Onésimo, que ocupaba la parte central, y al que dejaron para el final.


Las bases de todas las figuras estaban soldadas entre sí, por lo que los trabajadores tuvieron que utilizar una radial para separarlas. Posteriormente, con una grúa, fueron retirando cada una de ellas, empezando por las de los extremos y acabando por la central, la de Onésimo Redondo.

 

Tal y como se recogía en el pliego de condiciones de adjudicación de las obras, las figuras fueron envueltas en plásticos y ubicadas sobre palés, antes de su traslado a unas naves de Alcalá de Henares (Madrid). Allí estarán hasta que se amplíe el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, que será su destino final.


Del resto del monumento no se conservará nada. Así, en los próximos días la empresa procederá a derribar las dos moles de hormigón que están unidas por el yugo. Cabe recordar que el plazo de ejecución de las obras es de 30 días y que esta empresa navarra fue la adjudicataria al presentar una oferta por 59.943 euros, 48.600 menos del presupuesto de licitación. El precio era el único criterio de adjudicación.


El inicio de las obras hizo que se congregaran en el cerro de San Cristóbal numerosos medios de comunicación y curiosos que querían inmortalizar el momento.