El precio de la luz impulsa las cooperativas eléctricas

M.R.I
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La cooperativa de consumidores 'EnergÉtica', con sede en Valladolid, ya suma 1.500 usuarios. La iniciativa, que no tiene ánimo de lucro, comercializa energía renovable a un precio «justo», que ahora mismo es de los más bajos del mercado

Crecen las cooperativas eléctricas - Foto: Jonatan Tajes

Las previsiones se han cumplido y el precio de la electricidad se ha disparado en las primeras semanas de enero casi un 40% con respecto al mismo periodo del año pasado. Este encarecimiento se trasladará a los consumidores finales y puede suponer que la factura media para un usuario doméstico sea, en estos primeros días de inicio de año de 26 euros, frente a los 24 euros del mismo periodo hace doce meses. Este ejemplo se corresponde con el de un recibo de un consumidor medio y se basa en el utilizado por el Ministerio de Energía en sus cálculos, con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora (kWh), propia de una familia de cuatro miembros.
¿Qué alternativas tienen los consumidores para rebajar esta factura? ¿Existen opciones diferentes a las que ofrece el mercado tradicional  para la contratación de otras tarifas u otros tipo de energías, como pueden ser las renovables, limpias o verdes?


Esta búsqueda de alternativas y opciones diferentes ha motivado  que en los últimos años se está disparando el interés de los consumidores por las cooperativas de energía y por las comercializadoras de energías renovables. Una demanda que ha aprovechado EnergÉtica, una cooperativa de consumidores con sede en Valladolid, pero que suministra a toda la región e incluso en diferentes puntos del país. 


Este proyecto, que sigue el ejemplo de las cooperativas energéticas de Centroeuropa, se ha consolidado en sus cuatro años de funcionamiento con cerca de 1.500 socios y un número similar de contratos de suministro. Además, ya está desarrollando proyectos de investigación, de autoconsumo y ha afrontado la compra de una pequeña central hidroeléctrica muy cerca de Peñafiel que, por el momento, es suficiente, para cumplir su objetivo de suministrar la energía que la propia cooperativa produce.


LAS TARIFAS. En la actualidad hay casi una treintena de empresas comercializadoras de referencia por un lado, y cooperativas que comercializan energía renovable por otro. Entre ella destaca EnergÉtica, que nació con el compromiso de suministrar «únicamente» energía procedente de fuentes renovables para ayudar a frenar el deterioro medioambiental y el cambio climático del que todos somos responsables. Pero esta cooperativa, sin ánimo de lucro, también se marcó  ofrecer «un precio justo» de la factura eléctrica.


El precio de la energía en España está regulado y lo controla Red Eléctrica de España (REE), pero las compañías  en el mercado libre ofrecen distintos precios. Y aquí es donde comienza una de las diferencias que tratan de marcar estas cooperativas de consumidores. «Aunque no todo es la cuestión económica, es verdad que ahora mismo las cooperativas eléctricas están entre las comercializadoras con precios más económicos del mercado cuyas tarifas las deciden sus socios. Además, con EnergÉtica se apoyan otra forma de hacer las cosas y consumirás solo energía 100% renovable», explican desde la cooperativa.


De hecho, cada tarifa se fija en junio de cada año a partir de unas previsiones de evolución del precio de la electricidad en el mercado, con el «compromiso» de mantenerlo estable hasta junio del año siguiente. Si las fluctuaciones del mercado son muy diferentes a las previstas, el precio puede revisarse al alza o a la baja, siempre manteniendo el compromiso con en una horquilla de margen comercial de entre el 2 y el 6%. «Por ejemplo, en enero de 2018 pudimos bajar el precio de la electricidad para todos los socios y socias», apuntan.


Una alegría que ha durado poco porque esta alternativa no se librará del impacto actual de la subida del precio de la electricidad y ya se ha anunciado a los socios que este año «subirá»su recibo. «En esta ocasión el precio de la energía se ha incrementado enormemente desde el mes de marzo de 2017, ya que en números gruesos, el MWh que nos costaba 50 euros y ahora costará 60 euros», se detalla en un comunicado que se ha enviado a todos los clientes. La cooperativa ya ha actualizado los precios, que ya han entrado en vigor y se visualizarán en la próxima factura. Esto se traducirá al recibo de una vivienda con una tarifa sin discriminación horaria, que es la más común, y un consumo anual de 1.860 kWh, que es la media de los socios, tendrá una subida de 1,58 euros al mes.


En este modelo alternativo se aplica un único precio por tarifa para todos los socios, sean particulares, empresas o instituciones. Ofrece «un contrato ético, sin letra pequeña, sin descuentos engañosos que encubren precios abusivos, sin permanencias y sin gastos ocultos ni servicios innecesarios». De hecho, la cooperativa de consumidores no tiene ánimo de lucro y esa la base para que no aplique ningún margen comercial en el término de potencia, la parte del recibo fija. Solo se aplica en el término de energía, la parte variable de la factura, que depende de lo que consume cada uno. En este caso, el margen comercial está actualmente fijado en el 4,30%, pero siempre se mantiene entre el 2 y el 6%. «Es un compromiso que nos permite asegurar precios muy ajustados y a la vez garantizar la viabilidad económica de la cooperativa». Con esta política de precios también se trata de incentivar el ahorro y la eficiencia energética.


En este momento, la cooperativa tiene 1.499 usuarios, de los que 793 son de Valladolid, lo que supone el 53% del total. El 91% son socios y el resto de los contratos están avalados por los cooperativistas, que tienen que hacer una aportación reembolsable de 100 euros para formar parte de esta iniciativa. Pero esta oferta también ha interesado a ayuntamientos, como el de San Pelayo, y a sindicatos como Comisiones Obreras. En la actualidad once administraciones públicas, seis ONG y 49 empresas de diferentes tamaños, industrias o partidos políticos también se han sumado a este proyecto.


EL MODELO. Uno de los ejes fundacionales de estas cooperativas energéticas es cambiar  el modelo energético basado en combustibles fósiles, que consideran que «es insostenible» y favorecer un mercado eléctrico «más plural». En el caso de EnergÉtica aseguran que la base de esta unión de consumidores es «tener energía 100% renovable para asegurar el mínimo impacto ambiental posible». En este sentido, uno de sus objetivos es ser capaces, largo plazo, de producir la energía eléctrica renovable «suficiente» para satisfacer las necesidades de los socios.


De momento, EnergÉtica tiene un acuerdo de colaboración con la cooperativa Som Energia para la comercialización de la electricidad, que le proporciona energía verde que avala con los certificados y, que en parte, procede de las instalaciones de energía renovable que  posee. Una de esas instalaciones está en Valladolid, muy cerca de Peñafiel, del a que la cooperativa vallisoletana tiene el 20% de la propiedad. La minicentral de Valteína, que se construyó en los años 40, pero estuvo sin uso mucho años, volvió para volver a funcionar en 2004. Actualmente tiene un producción anula de 1.400.000Kw/h, que sirve para abastecer a unos 600 hogares.


La cooperativa también desarrolla proyectos de investigación. Uno de ellos, que ya se ha presentado en sociedad, es  un kit energético portátil para electrificar  pequeños y medianos eventos en espacios públicos, que han bautizado ‘la Sole’. Esta unidad móvil, que funciona con cuatro placas solares, se ofrece gratuitamente a asociaciones y ONG. De momento, ya ha participado en más de una veintena de eventos. «Este kit energético sirve para demostrar cuál es el potencial de las energías renovables», apuntan.


Además, EnergÉtica va a comenzar con un proyecto de instalaciones de autoconsumo voltaicas en el barrio de Belén. «La idea es hacerlas mediante campañas que hemos denominado comunidades solares para que sea más económico e ir replicándolas en otros barrios», explican. Una instalación de este tipo, de 1,5KW sin baterías para acumular, puede suponer entre 2.000 y 4.000 euros y se puede amortizar en unos cinco años.


Los técnicos de la cooperativa también realizan auditorias energéticas a empresas, instituciones y comunidades de vecinos. En este último caso, explican que, en la mayoría de los casos, detectan que tienen más potencia contrata de la necesaria y su diagnóstica «ayuda» a rebajar la factura. En esta línea de trabajo, también están optando a algunos contratos de administraciones públicas.