La comida de 52 colegios públicos de Valladolid se cocina en Zaragoza y se reparte cada tres días

A. G. Mozo
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La Junta explica que este sistema de catering (línea fría) está estandarizado en Europa y cumple con los requisitos · En las últimas dos semanas, se han presentado 26 quejas de padres · «Es un disparate que la comida viaje más de 400 kilómetros»

En Valladolid hay 69 comedores públicos. - Foto: Luis López Araico

Menú de octubre en los comedores escolares de Valladolid.


La aparición de gusanos en la sopa de cinco colegios públicos de León y uno de Segovia ha vuelto a poner en el ojo del huracán el servicio de comedores escolares a través de catering. En Valladolid, a pesar de que no se han registrado casos tan graves y de que la adjudicataria del servicio es una empresa distinta, no han faltado las críticas de las Ampas, que arreciaron sobre todo en un inicio de curso que llegó a ser calificado como de «desastroso» por la Federación de Asociaciones de Padres de Valadolid (Fapava). Hablaban, por ejemplo, de falta de comida y de un descenso de la «calidad» de los menús.

La Junta de Castilla y León y la multinacional Aramark, la nueva adjudicataria del servicio en toda la provincia de Valladolid en este curso, pidieron tiempo a los padres para engranar el funcionamiento de los comedores escolares, puesto que este concurso se resolvió solo cuatro días antes del comienzo de las clases. Pero las quejas (verbales) siguieron llegando a los colegios y, en más de un caso, formalizadas por escrito ante la propia Junta, tal y como reconocieron a El Día de Valladolid fuentes de la Consejería de Educación. A modo de ejemplo, entre el 1 y el 16 de octubre -no se conocen los datos de septiembre-ya se han registrado 26 quejas de padres de niños escolarizados en Valladolid, todas ellas relativas al menú que toman sus hijos y por el que pagan unos 75 euros al mes (3,71 al día).

5.775 niños en comedores. En Valladolid, hay 5.775 alumnos que acuden cada día a alguno de los 69 comedores escolares públicos de la provincia. De todos ellos, hay en torno a un 75 por ciento que se alimenta a través de la llamada ‘línea fría’ de catering, que es la que aglutina la inmensa mayora de las quejas. Este sistema, según explican desde la Consejería de Educación, «funciona ya en toda Europa y tiene niveles de calidad completamente estandarizados». «Desde la Junta de Castilla y León se sigue apostando por este sistema que permite dar la máxima calidad y una gran variedad en los menús, así como el mantenimiento de las cualidades nutricionales», tal y como argumentan estas mismas fuentes.

La denominada ‘línea fría’, muy extendida para los sistemas de catering, se basa en alimentos elaborados en cocinas especiales para restauración colectiva, que a continuación se enfrían de forma controlada y muy rápida para que no pierdan sus propiedades y que, finalmente, se transportan, sin romper la cadena de frío, a todos los lugares donde se calentarán para luego consumirlos.

En el caso de la multinacional Aramark, la cocina central está en Zaragoza y de allí, cada tres días, parten los camiones con todos los menús que irán tomando los niños de 52 colegios vallisoletanos. En los otros 17 (seis de la capital y 11 de la provincia) hay cocina en los comedores y se hace a diario. En el resto, en esos 52 centros, la comida recorre dos veces por semana los 420 kilómetros que separan Zaragoza y Valladolid, se almacena y luego se va calentando en las cocinas cada día.

Es el sistema que, con una u otra empresa, funciona en más de la mitad de los colegios de Castilla y León. «Es perfectamente legal y cumple todas las condiciones de salubridad, y está extendido por muchísimos sectores. Eso está muy claro, pero también es cierto que hay riesgos y pueden pasar cosas como la de León y Segovia», tal como advierte a este periódico el secretario de Acción Sindical de la Federación de Servicios de CCOO, Luis Sáez, que representa a los monitores de comedor.

Mucho más contundente aún es Guillermo Martín, secretario de Fapava: «Es un disparate que la comida no se haga aquí y viaje más de 400 kilómetros. No tiene sentido funcionar así». «Nosotros entendemos que el catering tendría que ser la última opción, solo para aquellos comedores escolares en los que no hubiese cocina. Está claro que lo mejor para los niños sería que se cocinase en el colegio», tal y como argumenta el portavoz de la federación vallisoletana de Ampas.

Luis Sáez opina muy parecido: «Está claro que lo ideal sería que se cocinase a diario y en la cocina del propio centro o si se tiene que hacer con catering que, al menos la cocina estuviese en Valladolid, pero lo cierto es que viene desde Zaragoza y no todos los días. Esto lo sabe la Junta y, a la hora de la adjudicación, no se mete entre las condiciones que se disponga de una cocina en esta ciudad, por ejemplo. En este último contrato se han primado las condiciones económicas sobre las de la calidad de la comida y esto, queramos o no, es un problema», denuncia el secretario de Acción Sindical de la Federación de Servicios de CCOO.

Escasez de alimentos. En Valladolid, Aramark tiene a unos 350 trabajadores, monitores de comedor que mayoritariamente tienen contratos parciales. Son ellos, junto a los padres y algunos directores de colegio, los que han mostrado sus dudas sobre el inicio del curso en comedores. «Se han dado casos en los que la comida no ha llegado para todos o que ha habido que dar a un niño de doce años un trozo de pescado que no eran ni dos dedos. Y no había más», apunta una monitora a este diario.

Una plantilla que suele ser prácticamente la misma siempre, pero que cambia de empresa cada tres años, cuando la Junta saca a concurso el servicio. «La gestión tenía que ser directa, por parte de la Junta y así se evitarían todos los problemas organizativos que está habiendo este año en Valladolid». A lo que se refiere el secretario de Fapava es al hecho de que, por ejemplo, Aramark haya decidido retirar el teléfono que solía tener la coordinadora de cada comedor escolar para, si surgía cualquier incidencia con los niños, poder avisar a los padres. «Se les dice que usen su teléfono móvil particular si tienen que llamar y eso no es normal», confirma Luis Sáez.

Las nóminas. Asimismo, en este primer mes ha habido un problema con las nóminas de la inmensa mayoría de monitores, que han cobrado menos -en algún caso la mitad- debido a que se han dado «problemas» al efectuar las nóminas, según explicó Sáez: «Se van a reclamar y la empresa ya nos ha dicho que se cobrará lo demás sin problema». Este periódico se puso en contacto con Aramark, pero la empresa declinó dar su versión. Esta multinacional, tal como ha podido saber El Día de Valladolid, está iniciando una ronda de reuniones informativas con los padres por varios colegios.