La «invasión militar rusa» en Ucrania denunciada desde principios de esta semana por el Gobierno de Kiev comienza a tomar forma. Y es que ya no solo se basa en acusaciones del presidente del país, Petro Poroshenko, o de informaciones emitidas por el Ejército nacional desplegado en el este del país. Ayer, la OTAN estimó que más de 1.000 soldados de las tropas de Moscú están combatiendo junto a los separatistas, lo que desvela que «la implicación rusa se está haciendo cada vez más manifiesta».

Un día más, Poroshenko acusó al Kremlin de lanzar una incursión sobre la exrepública soviética, una afirmación que fue, nuevamente, negada por la parte aludida. Sin embargo, en esta ocasión, el dirigente ucraniano fue más allá y pidió urgentemente una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU y del Consejo de la Unión Europea, ya que, según indicó, «el mundo debe pronunciarse sobre la fuerte escalada de la situación» en la nación.

Entre tanto, Rusia desmintió las declaraciones del presidente y un portavoz del Gobierno de Putin apuntó que no tiene «interés alguno» en una invasión. «A excepción de 10 soldados fronterizos, no tenemos tropas en el este de Ucrania», insistió.

No obstante, un informe elaborado por la OTAN desveló que esos datos no son ciertos, ya que, según los cálculos de la Alianza, y en una «estimación conservadora», la cifra se sitúa «por encima de los 1.000 efectivos» que estarían apoyando a los insurgentes y combaten con ellos.

Asimismo, el organismo internacional manifestó que hay 20.000 tropas rusas estacionadas en la región fronteriza, lo que definió como un «Ejército ofensivo».

 

Continúa la ofensiva. Mientras tanto, al menos 15 civiles murieron a causa de los bombardeos que se produjeron a media tarde sobre la ciudad de Donetsk, tal y como apuntaron las autoridades locales.

La capital de la autoproclamada república del mismo nombre ha sufrido varios ataques aéreos en las últimas dos semanas en un intento de las autoridades nacionales por expulsar de allí a los prorrusos, que tienen el control de la zona desde hace meses.

Sin embargo, y lejos de amedrentarse por el incremento de la ofensiva del Ejército, los separatistas continúan con su avance por el este del país. De hecho, el Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania aseguró que la localidad de Novoazovsk y otras zonas orientales de la exrepública soviética están actualmente en manos de los combatientes insurgentes y de las tropas rusas que les apoyan en sus actuaciones.

Así, los militares de Kiev anunciaron que ya se han retirado de Novoazovsk para «salvar sus vidas», al tiempo que comenzaron a reforzar el frente en la localidad de Mariupol, en la costa del mar de Azov y considerada un punto estratégico, al situarse muy cerca de Crimea, con el objetivo de frenar el impulso tomado por los prorrusos, que podrían intentar tomar dicho municipio a lo largo del fin de semana.

Además, el Ejecutivo denunció que fuerzas rusas y rebeldes están llevando a cabo acciones de «contraofensiva» en las zonas de Ilovaysk y Shajtarsk, al este de la ciudad de Donetsk, que habían sido recuperadas por las tropas ucranianas.