El Universidad de Valladolid no pudo con el Santiago de Sama que se impuso por 2-0 en un partido con claro color visitante. Pero el conjunto asturiano mostró muchísima más efectividad y, en dos zarpazos, logró el triunfo.

Porque el Uni lo intentó de todas las maneras posibles, pero desde el inicio pareció que el guion estaba escrito. Tuvo la oportunidad de adelantarse en el marcador, en una contra que terminó con un mano a mano de Javi, pero el desacierto de cara a puerta comenzó a ser protagonista. Del 0-1 se pasó al 1-0, debido al gol de Manute. Un duro castigo del que el equipo vallisoletano no consiguió recuperarse. Y no por falta de ganas y esfuerzo, sino por esa pólvora que resultó positiva en la jornada anterior volvió a mojarse en la tarde del sábado.

Un segundo palo de Muñoz que saca el portero, Raulito al poste, Isaac con el portero medio vencido, otra de Gonzi… Innumerables ocasiones muy claras para un Uni que remó sin éxito, porque se convirtió en el dueño total del partido; hasta el punto de que Rubén intervino gran parte de la segunda parte solo para sacar de portería. Aunque el castigo fue todavía más severo a falta de poco más de un minuto para la conclusión. Rubén rechazó un disparo y la fortuna le dio la espalda, ya que el balón le cayó a Saúl para que hiciera el 2-0. El Uni sacó portero-jugador y gozó de más ocasiones, pero estas tuvieron el mismo final que todas las anteriores.

“Ha sido un partido muy duro, como preveíamos. Nos han pesado un poco las bajas, pero no es excusa. Hemos tenido muchas ocasiones”, expresó el técnico universitario, Kike Molina, al tras el encuentro.