Mucha diferencia de criterios entre unas y otras. Las casetas regionales de la Feria de Folclore y Gastronomía están pasando estos primeros días de las fiestas de la Virgen de San Lorenzo de formas muy dispares. Mientras unas sostienen que la ventas se han visto incrementadas, otras, por el contrario, afirman que han descendido con respecto al año pasado. Esta circunstancia parece indicar que los clientes están seleccionado mucho a qué lugares acuden a comer sus pinchos y raciones.
La presidenta de la Casa de Canarias, Emelina Martín, manifestó que este año están haciendo menos ventas que en las fiestas pasadas, pero además destacó que la gente que se arriba hasta la barra lo hace «con menos alegría» que otros años. «Vienen y piden menos que otras veces y eso se nota. Otros años pedía una ración de papas y otra de cualquier otra cosa, y ahora se conforman con las papas», destacó Martín.
Pero no es esa la tónica general de todas las casetas, sino que en algunos otros casos las ventas van mejor de lo esperado. El responsable de la Casa de Asturias Luciano Fernández, afirmó que tanto el lunes como el martes por la noche fueron «jornadas muy buenas», ya que la climatología «acompañó» y fueron muchos los vallisoletanos que se aproximaron hasta esta casa regional para degustar los productores tradicionales. «Aquí, todo gira en torno a la sidra, pero son muchas las personas que también nos piden chorizo a la sidra y queso de cabrales».
Por eso, en esta ocasión más que nunca se podría aplicar el refrán: «Cada uno habla de la feria según cómo le va en ella». El presidente de la Federación de Casas Regionales, José Luis Bellido, apuntó que cada día ha sido diferente, pero que en conjunto «las cifras más o menos son parejas en comparación con el año pasado. Unos días más y otros menos, pero más o menos lo mismo».
Sea como fuere, son muchos los grupos, las parejas, las familias..., que no dejan pasar la oportunidad de disfrutar de las auténticas delicias culinarias de la feria. Julio, Pablo, Ricardo, Javier y Julio, todos ellos compañeros de trabajo, acudieron ayer a la Casa de Andalucía. «Venimos todos los años y siempre quedamos aquí, es una tradición. Es la primera parada, luego vamos donde nos parece».
Carlos, junto a su mujer Pilar y su hija Nuria, tampoco quiso faltar ayer a la cita. «Soy vallisoletano, pero especial predilección por Asturias. Venimos todos los años a comer y siempre vamos a por el chorizo a la sidra y alguna botella».