Valladolid, entre las provincias de más índice de donaciones

M.R.I
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Se superan las 50 extracciones de sangre por cada mil habitantes, muy superior a la media nacional de 36, a pesar de que en 2017 se registró un descenso frente a 2016

Donar sangre es donar vivir. Esta es una premisa que ha calado hondo en la provincia porque Valladolid,  junto con Álava y Burgos, supera las 50 donaciones de sangre por cada mil habitantes, muy por encima del índice de 40  en el que están Albacete, Asturias, Navarra, Badajoz, Guipúzcoa, Cáceres, Salamanca. Palencia, Pontevedra, Granada, Segovia, Soria, Córdoba y La Coruña. Unas cifras que sirven para reflejar el nivel de solidaridad de los vallisoletanos, a pesar de que en 2017 se registró un descenso y se pasó de las 30.026 donaciones del año anterior a las 27.949. Una tendencia que también se registró en España, donde el número de donaciones se mantuvo cercano a 1,7 millones, con un índice de 36,27 por cada mil habitantes. 


Esta sangre sirve para dar respuesta a las seis mil transfusiones que, de media, se llevan a cabo cada día en España, y que permiten salvar 80 vidas cada veinticuatro horas y recuperar la salud y calidad de vida de otras 375. 


Siguiendo con la comparación, que sitúa a la provincia a la cabeza de la solidaridad, los donantes activos en el país se mantienen en torno a los dos millones, aunque en 2017 se ha conseguido que se incorporen por primera vez 181.495 nuevos. De estos, 25.415 son vallisoletanos y en el año pasado se contaron 2.655 nuevos. «A nivel nacional son 500 cada día, de los que el 34,2 por ciento son jóvenes de entre 18 y 35 años, lo que demuestra el dinamismo de nuestra actividad, que busca permanentemente mantener ese equilibrio y asegurarse un relevo generacional constante en el colectivo», explican desde la Hermandad. 


Concienciación. Esta semana se ha celebrado el Día Mundial del Donante de Sangre, que tiene una importante faceta en la concienciación sobre la necesidad de las donaciones y, especialmente, en la importancia de que se realicen de forma regular y no solo atendiendo a llamamientos puntuales o relacionados con situaciones excepcionales. Desde el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León, que está en el paseo de Filipinos, recuerdan la importancia sanitaria de la donación de sangre. También explican que las transfusiones ayudan a salvar a millones de personas en el mundo cada año; que pacientes con enfermedades potencialmente mortales ven mejorar su expectativa vital y su calidad de vida gracias a la generosidad de los donantes; que merced, precisamente, a ese compromiso solidario habitual de tantas personas, es posible realizar intervenciones médicas y quirúrgicas y la atención materna-infantil y durante el embarazo; y que incluso, permite dar la respuesta necesaria ante situaciones de emergencia causadas por desastres naturales o la acción del hombre.


Además, los 72 voluntarios de la Hermandad de Donantes de Valladolid y los 25.415 socios coinciden en que es fundamental que los más jóvenes se sumen a estos actos solidarios de donar para poder garantizar así la sostenibilidad de las intervenciones asistenciales que son posibles gracias a ello.  


Todos ellos son el mejor ejemplo para luchar contra el «miedo» a la primera donación. Por ejemplo, Ana María Olmedo, de 58 años, explica que su primera donación fue el 30 de septiembre de 1991. Una fecha que tiene grabada en la memoria porque asegura que llevaba mucho tiempo con esa idea, pero fue el día que dio el paso. Desde entonces ha sido fiel con sus cuatro citas anuales, primero, y ahora tres (se ha rebajado para las mujeres por seguridad), salvo cuando algún problema de salud se lo ha impedido. Ana María suma 61 donaciones, lo que la coloca en el grupo de ‘grandes donantes’, que son aquellos que han llegado a la donación número 75, los hombres o 60 las mujeres (para que sea equiparable, ya que ellas solo pueden donar una vez menos que los hombres al año). 


Y precisamente esta semana se le ha reconocido este altruismo junto a otros 45 compañeros de Valladolid. Un grupo en el que también está Luis Barajas, de 39 años, y que suma 81 donaciones. Este Policía Nacional dona cuatro veces al año desde que cumplió la mayoría de edad. «Realmente dona seis veces porque también estoy en el programa de aféresis para plaquetas», explica.


Ambos dos, Ana y Luis, están encantados de ser donantes activos y transmiten su entusiasmo a su alrededor porque tienen claro que «un pinchacito puede salvar una vida», como asegura el Policía Nacional. Y es que Luis creció viendo como sus hermanos mayores eran donantes activos y él siempre tuvo claro que seguiría su camino. Eso sí, a pesar de ser un donante experimentado reconoce que cada vez que acude al Centro de Hemoterapia está nervioso por si en el reconocimiento médico previo le dicen que no está en condiciones. «Una vez superado este trámite y que ya me pinchan me siento mucho mejor, física y anímicamente. La satisfacción de hacer algo que puede ayudar a muchas personas es increíble», resalta.


Unas sensaciones que también comparte Ana María, que coincide en el nerviosismo previo a la prueba médica necesaria para luego proceder a la extracción de sangre. «Siempre me pongo muy nerviosa por si me dicen que no puedo, pero luego cuando termino salgo muy satisfecha y físicamente realmente me encuentro mejor. Es algo muy curioso», detalla. «Para mí es más un beneficio que otra cosa».


Ambos se esfuerzan en explicar  lo positivo de este gesto altruista para que la gente pierda «el miedo». Luis Barajas confiesa que es «muy insistente» con sus compañeros del Cuerpo Nacional de la Policía. En este sentido, en su faceta de representante del Sindicato Alternativa Sindical de Policía (ASP) ha conseguido que la Dirección General de la Policía permita que en Valladolid los agentes puedan llevar en su uniforme las medallas de la Hermandad de Donantes, que está reconocida como asociación de utilidad pública. Ahora están en negociaciones para extender esta medida de visualización a todo el territorio nacional. 


Un gesto que agradece mucho la Hermandad. Pilar Alonso, secretaria general de la asociación, explica que todos estos gestos son muy importantes para conciencia a la población. «En 2017 ha existido algún periodo de más demanda de sangre y ha sido necesario reforzar nuestra actividad con colectas extraordinarias», apunta. Una situación que también se está viviendo en el primer semestre de este año. Por eso pide a los vallisoletanos que pierdan el miedo porque «una donación puede salvar hasta tres vidas». «Te quita unos minutos de tu tiempo personal, pero es beneficioso para tu salud física y mental», concluyen