Que el PSOE se ha posicionado en contra de la reforma laboral aprobada en 2012 por el PP no es una novedad, por eso, tampoco sorprende que el actual secretario general de la formación, Pedro Sánchez, considerara un éxito la decisión del Tribunal Supremo que, por ocho votos frente a seis, falló el 17 de diciembre que los derechos recogidos en los convenios para los trabajadores que están en plantilla siguen vigentes a pesar de que estos pactos hayan caducado y se haya agotado el año de prórroga sin acuerdo.

Para el socialista, habrá «un antes y un después» tras el fallo judicial que ha «echado por tierra uno de los elementos centrales de la reforma laboral del PP» y aseguró que desde su partido están «de enhorabuena» por esta decisión.

Así lo aseguró ayer ante la prensa, en unas declaraciones en las que insistió en que una de las propuestas de su programa electoral será modificar el Estatuto de los Trabajadores para «recuperar muchos de los derechos perdidos en esa reforma laboral».

Además, Sánchez recordó que su formación ha pedido la comparecencia de la ministra Fátima Báñez para abordar esta cuestión.

Por último, quiso trasladar «un fuerte abrazo a los militantes del PP» tras los sucesos ocurridos el pasado viernes cuando un hombre estrelló su coche contra la sede del PP en Madrid. El secretario general recalcó que su formación está «en contra de cualquier acto de violencia» en cualquier forma de manifestación.

Sobre este tema también se pronunció el coordinador general de IU, Cayo Lara, quien afirmó que la determinación del Supremo de anular la caducidad de los convenios impuesta por la reforma laboral «da la razón» a quienes salieron «a la calle en los piquetes y a la huelga general frente a las reformas laborales de Zapatero y Rajoy que tanto daño han hecho a la clase trabajadora y a la economía».

«Esperemos que se sigan produciendo decisiones de este tipo», enfatizó Lara, quien consideró que «empieza a ver por vez primera en la historia de la democracia una cierta sensibibilzación en la propia justicia para que empiece a ser de verdad un poder separado del poder político».

El líder de IU consideró que la reforma laboral fue «un ataque directo al corazón de los trabajadores» y expresó su deseo de que «la justicia se dedique únicamente a hacer justicia independientemente de quienes sean los autores de los supuestos delitos». «Las tutelas que históricamente han hecho los gobiernos sobre la justicia empiezan a tener algunas quiebras», enfatizó el político.