«Existen dos tipos de personas: las que tienen problemas y las que los van a tener»

David Casillas (Ávila)
-

Entrevista al Mago More

 
 
Mago More, abulense polifacético, divertido, revelador y cercano, acaba de sumar a sus muchas facetas creativas, en todas las cuales suele conseguir un éxito que puesto en nota académica va del notable alto al sobresaliente, la de escritor, con la publicación de un libro singular titulado Superpoderes del éxito para gente normal, un trabajo con el cual, tal y como aclara en el subtítulo con tanta honradez como humor, ayuda a sus lectores a conseguir «todo» lo que quieran, con el único ‘pero’ de que alcanzarán ese logro no sin esfuerzo sino «trabajando como un cabrón». 
¿Es el suyo un libro de autoayuda o prefiere no definirlo así?
No lo es, claramente no, y explicó por qué. En los libros de autoayuda la gente se motiva pero sólo para un rato, y luego si no se sigue haciéndolo se consigue justo lo contrario, que es desmotivarte. Este libro es un libro de curro; de hecho, una amiga, Pilar Jericó, me ha dicho que cree que es un libro de autogestión, que te ayuda a gestionarte el día a día para conseguir todo lo que quieres. Y precisamente porque no es de autoayuda es por lo que he puesto eso de ‘para gente normal’ porque es para todo el mundo, no hace falta ser superdotado, y tiene el subtítulo ‘trabajando como un cabrón’, porque yo no quiero engañar a nadie, esto no es un libro que te diga que vas a hacerte rico o algo así. Es un libro para conseguir las cosas que quieres y yo te doy las herramientas para que tú te lo curres; por eso no es autoayuda, es de trabajo, de trucos muy sencillos pero que si los aplicas te van a ayudar a conseguir tus metas o a que tengas éxito.
Lo que sí está claro es que no es un libro de autoengaño.
No, en absoluto, y cualquiera que lo lea va a tener muy claro que no lo es. La base del libro es la fuerza de voluntad. Nos han vendido la moto con la motivación, pero la motivación es para un rato, tú escuchas una charla de un tío motivacional y te encantaría llevártelo a casa para que esté todo el día motivándote, pero no puedes. Y al final ¿qué ocurre?, que cuando lees un libro de motivación intentas hacer lo que te proponen, no lo consigues y no sabes por qué; y dices, pero si estoy motivado, claro que lo estás, pero lo que te falta es fuerza de voluntad para mantener esa motivación en el tiempo. Y eso ¿cómo se consigue?, básicamente a través de los hábitos y del conocimiento de cómo funciona tu cerebro; nos pasamos el día postergando y dejando las cosas para más adelante. Pero cuando sabes cómo funciona tu cerebro y digamos que le engañas es cuando empiezas a tener fuerza de voluntad, y ver que tu mente consigue eso te hace imparable porque ahora ya sí te puedes lanzar a conseguir tus metas. La clave está en la fuerza de voluntad, y eso para mí ha sido el gran descubrimiento: que conseguir tus objetivos no es cuestión de motivación sino de fuerza de voluntad.
¿Podría decirse que es también un libro anticrisis?
Me gusta mucho esa pregunta porque en realidad todo lo que te pasa en la vida son crisis. Yo creo que hay dos tipos de personas, las que tienen problemas y las que los van a tener; y si cuando tienes problemas no estás preparado, porque te falta esa fuerza de voluntad o porque la vida no te ha puesto en tu sitio en tu momento determinado, es difícil enfrentarse a ello. Y yo creo que mi libro ayuda precisamente a enfrentarte mejor a las pequeñas crisis que te va poniendo la vida entre medias; si tú estás entrenado con esa fuerza de voluntad, buenos hábitos y autocontrol, entonces cada vez que tengas una crisis la vas a sortear con facilidad, pero si no estás acostumbrado te va a costar bastante más.
¿Ha querido deslizar también una invitación a la autocrítica?
Sí. Yo he pasado de ser un desastre a ser un tío más o menos organizado, y cuando digo más o menos es porque estoy en ello todavía. Lo primero que te tienes que preguntar cuando tienes un problema es: ‘¿Y si todo lo que me pasa es culpa mía?’, y esa primera pregunta te lleva a actuar. Si siempre le echas la culpa a los demás, como es de los demás no puedes hacer nada, pero cuando la culpa es tuya no te queda otra que mover el culo y ponerte tú las pilas. Y en ese sentido, por supuesto que el libro es también de autocrítica, porque lo primero que tenemos que hacer es aceptarnos como somos y tener en cuenta que somos todos unos postergadores, somos un desastre, y si partes de esa base de autocrítica partes de la acción, pero si partes de la base de que la culpa es de los demás no vas a hacer nunca nada.
Uno de mis profesores insistía en la idea de que si conoces bien un problema tienes más cerca la solución, ¿está de acuerdo?
Absolutamente, porque lo que nos pasa es que muchas veces los problemas los generamos nosotros mismos. Y por supuesto que tienes que conocer los problemas y conocerte a ti mismo, y te das cuenta de que la mayoría de las veces el cambio está en nosotros mismos y los problemas somos nosotros mismos; y si nos autoconocemos, que es algo que cuesta muchos años, es cuando empiezas realmente a notar cambios a mejor en tu vida.
Si alguien lee este libro y no consigue los objetivos que se marque, ¿puede reclamar al autor?
(Risas). Por supuesto que puede reclamarme, y estoy abierto a cualquier tipo de crítica. Pero me tiene que demostrar que lo ha intentado, y si es así le devuelvo el dinero. Y es que este libro a medida que lo iba escribiendo lo iba probando con mis amigos, y ha funcionado en el 100% de los casos. Por eso estoy convencido de que funciona, pero también digo que necesitas aproximadamente un año para cambiar toda tu fuerza de voluntad y tu modus vivendi.
¿Un año?
Sí, un año si quieres cambiar toda tu alimentación, si quieres empezar a hacer deporte, a meditar, a los hábitos básicos que yo digo que son los que te van a cambiar la vida, porque son costumbres que cuestan bastante. No es suficiente con decir que voy a ser puntual y ya voy a ser feliz; no, son hábitos que te cambian mucho la bioquímica del cerebro, que comienzan a generar ciertas sustancias como dopaminas, serotoninas o endorfinas, y eso hace que esa bioquímica haga que tú te puedas enfrentar mejor a los problemas.
¿Ha pensado que le puede demandar algún colectivo médico o farmacéutico porque les perjudique su negocio de tratamiento de depresiones?
No, creo que cada uno contamos la película según la hemos experimentado. Los psicólogos cuentan su historia, que está muy bien, los psiquiatras la suya, los médicos también, y en el fondo yo no soy pretencioso porque cuento lo que a mí me ha funcionado, yo te lo cuento y luego tú haces lo que te dé la gana.
Dicen las estadísticas médicas que en los últimos años los tratamientos por problemas de pesimismo crónico han aumentado una barbaridad.
Sí, pero hay que analizar un poco las causas. Efectivamente es una gran pandemia que tenemos, pero no hay un solo tratamiento. Valentín Fuster, eminente cardiólogo del Monte Sinaí, dice a la gente que tiene problemas que haga deporte, porque va a empezar a pensar de otra manera distinta. A mí cuando la gente me dice que tiene problemas lo primero que le pido es que empiece a caminar, a lo mejor las pastillas están bien, no lo discuto, pero hay que hacer también otra serie de cosas que ayuden mucho a tu bioquímica cerebral... y somos capaces de cambiarla.
¿Considera que sin humor a la vida le falta algo fundamental?
Así es. De hecho yo en el libro hablo de mi hijo, que tiene parálisis cerebral, y de mi artritis y de cómo lo he superado, y todo lo hago con humor. Es más, una de las cosas que me planteé en el libro es crear una aplicación llamada ‘superpoderes’ que puedes bajarte, y si te pones encima de los dibujos se transforman en vídeos, 55, que son casi todos sketchs. Una constante en el libro es el humor, porque creo que si puedes contar las cosas con humor obviamente llegan mucho más. El humor es un catalizador y deberíamos estar siempre pensando en modo humor, y eso incluye cuando tenemos grandes problemas en nuestra vida porque al final no es una cuestión de qué te pasa sino de cómo te tomas lo que te pasa, y si puedes elegir la vía divertida es mucho mejor.
En cualquier caso, ¿cualquiera puede pasar de mutonto a mutante?
Pues sí. Yo llamo mutontos a los que están todo el día quejándose pero no hacen nada por cambiar, y los mutantes son los que cambian, los que mutan, los que de repente dicen ‘basta ya de quejarse y voy a empezar a cambiar’.