El angel de la guarda de María del Carmen

SPC / Valladolid
-

El servicio de teleasistencia de Cruz Roja, que cumple 25 años, atiende a más de 16.700 personas en la región, la mayor parte mujeres mayores de 80 años que viven solas

Con 68 años enviudó y confiesa que la soledad le embargó pero «con esto ya no» mientras señala el dispositivo que cuelga de su cuello con un botón rojo. A sus 91 años, María del Carmen Velasco, vecina de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), desconoce con detalle el servicio de teleasistencia domiciliaria que presta Cruz Roja, a través de la Diputación Provincial, y la tecnología que hay detrás del equipo de comunicaciones e informática. Pero sabe que está ahí.  «Si no lo tengo, me falta algo», reconoce a la Agencia Ical.
Pese a ser la veterana en la Comunidad Autónoma en este programa, al llevar desde 1992 y con el número de expediente 292, sabe lo básico. Solo con pulsar el botón del colgante o del terminal, puede comunicarse a través de un teléfono manos libres con un centro atendido por personal especialmente preparado para ayudar a resolver sus necesidades. No en vano, el profesional de Cruz Roja puede movilizar los recursos ante situaciones de emergencia sociosanitaria. Y esto funciona las 24 horas al día durante los 365 años días del año. Es decir, tras todo este tiempo, se ha convertido en su ángel de la guarda.
El servicio de teleasistencia de Cruz Roja en España cumple este año su 25 aniversario, aunque su llegada a Castilla y León llegó dos años más tarde, en 1992, en concreto en Salamanca. Precisamente, esa fue la fecha en que María del Carmen instaló la tecnología en su piso de Peñaranda. «Estoy muy agradecida a todos los que hacen posible el programa porque siempre están allí y cuando haya algo importante estoy tranquila porque me ayudarán», precisa en su domicilio.
María del Carmen es uno de los 16.781 usuarios del servicio de teleasistencia domiciliaria que, en la actualidad, presta Cruz Roja en la Comunidad. De esa cifra, cerca del 60 por ciento (9.856) lo tiene contratado gracias a un concierto con una administración pública, ya sea ayuntamiento o diputación, mientras que otras 6.909 personas tienen este dispositivo por iniciativa propia. En todo caso, la prestación del programa no varía, ya que la única diferencia es el precio que abona el beneficiario.
El servicio de la teleasistencia sanitaria que presta la organización cobra más importancia en una Comunidad como Castilla y León, con una tasa alta de envejecimiento y una población muy dispersa. No en vano, el 82 por ciento de los usuarios que atiende Cruz Roja es mayor de 80 años pero, sobre todo, el 63 por ciento vive solo. Por lo tanto, en muchas ocasiones, el colgante al que se refiere María del Carmen es el único acompañante de estas personas. Otro dato que destaca del perfil del usuario de teleasistencia es que es mayoritariamente una mujer. No en vano, el 76 por ciento de las personas que tiene instalado el dispositivo es de sexo femenino. Fue, durante muchos años, el caso de la salmantina aunque desde hace un año está acompañada de su nieto Paco que decidió cuidar de ella a la raíz de la muerte de su padre. De Paco y de su gata. Así que a lo largo de 22 años, María del Carmen tuvo la teleasistencia como aliada para combatir esa soledad que aparece los duros días invierno o las noches interminables.
En estos 23 años, el servicio que presta Cruz Roja ha cambiado. María del Carmen, por ejemplo, ha tenido tres dispositivos referentes y las 250 pesetas al mes que abonaba al principio se han convertido hoy en siete euros. Un coste que depende de cada administración aunque puede ir desde los cero a los 12 euros mensuales, aproximadamente, en función de la renta económica y el grado de dependencia. «Es el dinero mejor gastado», asegura la nonagenaria porque es un sistema que la permite continuar en su domicilio. «Donde más a gusto estoy es en mi casa y no quiero hablar del asilo, que es como siempre se ha conocido», afirma. En total, Cruz Roja presta el servicio a usuarios de 1.032 pueblos de la Comunidad a los que hay que sumar otras 600 pedanías. Los cerca de 17.000 usuarios tienen sus ángeles de la guarda en el Centro Autonómico de Coordinación de Teleasistencia de Cruz Roja, ubicado en Valladolid. 
Al frente de este equipo, que se completa con tres coordinadores y un informático, está Óscar Pérez como director. Pero un servicio de estas características requiere de otros profesionales como los 22 trabajadores sociales y los 18 instaladores, repartidos por las provincias de la región, además de los voluntarios que realizan diariamanete visitas o acompañamientos.
El centro tiene un ingente volumen de llamadas. En los últimos doce meses, ha recibido casi 248.000 llamadas del conjunto de la Comunidad. De esa cifra, 9.647 correspondieron a avisos de emergencia que, en todos los casos, han supuesto la movilización de recursos para una intervención social o sanitaria.
María del Carmen no sale aún de su asombro del milagro de la tecnología que hace posible la teleasistencia al decir: «¿Quién iba a pensar que pulsando un botón me atendería por teléfono una persona para ayudarme». Pérez significa que la mayor parte de los usuarios identifica la luz encendida del terminal con que «hay alguien al otro lado y eso les da mucha tranquilidad».
El responsable del centro coordinador destaca el esfuerzo de Cruz Roja para incorporar nueva tecnología y equipos en el servicio. «La herramienta tecnológica ayuda pero no es el fin porque detrás de la teleasistencia hay mucho componente humano y lo importante es dar respuesta a la llamada», manifiesta. Todo ello requiere que todo el trabajo esté protocolizado y el operador tenga la formación adecuada porque «puede salvar una vida».