Valladolid prueba un test que reduce el uso de antibióticos

A.G.M.
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Un estudio realizado durante un año en las consultas de pediatría del área Valladolid Este demuestra que en el 66% de las faringoamigdalitis de los menores de edad se prescriben antibióticos sin necesidad

¿Amigdalitis vírica o bacteriana? ¿Agua y paracetamol o antibiótico? Son preguntas que planean por la cabeza de los pediatras cada vez que un menor entra por su puerta aduciendo dolor de garganta. Las faringoamigdalitis agudas causan una de cada tres visitas al médico entre los niños, con unos padres que, en el caso de la irrupción de la fiebre, llegan convencidos de la necesidad de salir de allí con una receta de antibióticos; pero no en todos los pacientes una cosa tiene que llevar a la otra... Un estudio de ámbito nacional llevado a cabo en las consultas de Pediatría del área de salud Valladolid Este ha servido para confirmar, precisamente, que en dos tercios de los casos, el antibiótico resulta innecesario.

El estudio se ha desarrollado a lo largo de un año, entre abril de 2017 y marzo de 2018, un tiempo en el que se ha probado la eficacia de un test de detección del estreptococo, la bacteria que suele provocar esas amigdalitis. «El diagnóstico de las faringoamigdalitis se hace en la actualidad a través de un criterio clínico, que evalúa la posibilidad de que esa faringitis sea bacteriana o vírica y, según ello, el pediatra instaura tratamiento o no; pero lo que sabemos es que, en realidad, eso no es un diagnóstico certero», tal como explica Ana María Ruiz, miembro del Servicio de Farmacia de la Gerencia de Valladolid Este y coautora de este estudio llevado a cabo por la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap).

En caso de duda. En concreto, fueron 819 los test efectuados a otros tantos niños vallisoletanos que llegaban a las consultas con esa sintomatología. La realidad que se descubrió a través de ese año de investigación sobre el terreno fue que únicamente en el 33 por ciento de los test se llegó a un positivo, con lo que «se evitó que se prescribieran dos tercios de los tratamiento con antibióticos», apunta Ruiz. «Solo se realizó en aquellos casos en los que el pediatra tenía dudas, porque si tenía claro que era un caso vírico, no se hacía el test», detalla la coautora del estudio, que apostilla, en igual sentido, que «también se descubrió a través de los test que un 8,3% de los menores que, en cambio, sí que necesitaban antibiótico no habrían sido tratados con ellos siguiendo el criterio de diagnóstico clínico».

El test lo que hace es aclarar al médico si hay o no presencia de estreptococo, lo que, en definitiva, convierte una faringoamigdalitis en bacteriana y lleva a la necesidad o no de prescribir antibióticos. «La faringoamigdalitis aguda causa el 33% de las consultas y el 55% del consumo de antibióticos entre los pediatras se dedica a tratar esta patología, sin embargo la literatura científica dice que el 80 por ciento de las faringoamigdalitis agudas en pediatría son víricas y, por lo tanto, no requerirían tratamiento», según detalla la coautora del estudio, que explica que el objetivo es «reducir el consumo de antibióticos, para evitar el aumento de la resistencia de estos pacientes». «Por ello, se creó un grupo de trabajo en Pediatría que planteó al área de Farmacia la posibilidad de la adquisición de un test de diagnóstico rápido que, en el momento, determina si hay o no bacteria», añade la especialista en farmacia Ana María Ruiz.

Un 12% menos. Al comparar los datos con los de un año antes, el estudio desveló que el consumo de antibióticos entre los pediatras se había reducido un doce por ciento y que, de esa cifra total, el 86,6% correspondía a los antibióticos que se usaban en las faringoamigdalitis.