Sacyl vuelve a reducir la actividad de los hospitales por las vacaciones

David Aso
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Bajan las intervenciones quirúrgicas y pruebas programadas hasta septiembre para facilitar el «cierre» de más de 150 camas en Valladolid, segúnSatse, al no cubrirse todas las bajas estivales

El Sindicato de Enfermería Satse advirtió ayer del «cierre» de más de 150 camas entre los dos hospitales públicos de Valladolid (Río Hortega y Clínico) y el de Medina del Campo como consecuencia de la reorganización que suele llevar a cabo Sacyl en toda la Comunidad entre mayo y septiembre.

La denuncia se repite cada año por estas fechas desde hace una década. La demanda de asistencia baja con respecto a otoño e invierno, según la Consejería de Sanidad; y a ello se suma el descenso de las intervenciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas programadas, al disponer de menos plantilla por no cubrirse todas las bajas por vacaciones, según el Sindicato de Enfermería, que reclama a Sacyl «una revisión de su estrategia de gestión». No obstante, el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, insistió ayer, también como cada año, en garantizar que «ningún paciente dejará de ser hospitalizado por falta de camas», afirmó en declaraciones a la prensa recogidas por Ical durante un acto en Burgos.

Pero «la realidad es que el cierre de camas provoca que pacientes tengan que esperar en la REA (sala de reanimación) o Urgencias para ser ingresados y que otros tengan que ser recolocados en unidades que no corresponden a la especialidad desde la que son tratados», criticó la secretaria regional de Satse, Silvia Sáez. En el Río Hortega, en concreto, precisó que se ha previsto la supresión de 113 camas: 26 en Cirugía Digestiva; 37 en Neurología, Neurocirugía y Medicina Interna; 13 en Maxilofacial, Otorrinolaringología y Ginecología; y 37 más en otras dependencias. En el Clínico dejan de estar disponibles 21 camas: dos en el Norte del 1 de julio al 18 de septiembre; nueve en el Sur del 29 de julio al 11 de septiembre; cinco puestos de REA, del 16 de julio al 12 de septiembre; y cinco que no se utilizan en el Norte desde el 18 de marzo y «sin fecha» de reactivación. Y el Hospital Comarcal de Medina del Campo ya cerró toda la planta de Cirugía el pasado 16 de mayo por tiempo indefinido.

Para Satse, las «especiales circunstancias» de este último centro, «de pequeño tamaño pero que atiende a una población numerosa, hace aún más incomprensible este cierre». Sobre todo, porque «se ve saturado en la época estival con las fiestas locales y la llegada de más población a los núcleos rurales», de manera que «todos los años hay que abrir camas allí a la tremenda en algún momento por picos de asistencia», prosiguió la secretaria regional de Satse. «Las enfermeras de Medicina Interna están sobrecargadas y tremendamente enfadadas por la situación que están viviendo y la falta de previsión de la dirección».

El consejero, por su parte, matizó que «lo que el sindicato denomina cierre de camas es una previsión que la Gerencia y Consejería hacen ante la evolución de las necesidades de hospitalización». Y argumentó que a lo largo del año «solo se ocupa el 74% de las camas hospitalarias».

A modo de ejemplo, Sáez Aguado expuso que en los meses de invierno se hace una previsión de disposición de camas del 100% ante casos derivados de la gripe, mientras que de cara los próximos meses «las necesidades se reducen» con respecto a los posibles picos de demanda asistencial. «Sabemos que los hospitales estarán ocupados al 70 o al 65%, lo que hacemos es ordenar la gestión de los recursos públicos», incidió.

«Pero si la actividad baja tanto es porque se hacen menos intervenciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas programadas», según la secretaria regional de Satse. «Ahí claro que aciertan con las previsiones, porque es actividad con cita previa que el Sacyl reduce» para recortar así el capítulo de gastos en personal por bajas de vacaciones que no se cubren. En el caso de las enfermeras, «se sustituye a una de cada tres». En estas fechas se ven además «afectadas por traslados a otras unidades a las que no están habituadas», y sus turnos de trabajo y vacaciones «se modifican según los calendarios que deciden los médicos».

En resumen, una política sanitaria de ajuste de gastos que se repite cada año, sobre todo desde el inicio de la crisis, y que, según Satse, «se está manteniendo a pesar de que se supone que la situación económica ha mejorado».