Javier Angulo continuará al frente de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). Esta la idea que maneja la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, que asegura que «nada hacer sospechar» que en la próxima reunión no se renueve el contrato del director del festival.
Angulo, que termina su contrato este mismo mes, no ocultó en una entrevista con El Día de Valladolid su predisposición a continuar al frente de la Seminci. Una predisposición por ambas partes que ayudará a lidiar con un matiz que se introducirá en el nuevo contrato, ya que según confirmó Redondo, la nueva legislación obliga a que «los contratos de alta dirección deban someterse a unos criterios generales». Esta condición conllevará aplicar «una rebaja», que todavía no está fijada, en la remuneración de Angulo.
El actual director artístico de la Seminci renovó sólo por un año tras la 59ª edición para no atar al equipo de Gobierno que resultara de las pasadas elecciones. Y ahora parece que esa buena predisposición tendrá su recompensa.
Nuevo impulso. Por otro lado, la concejala de Cultura mostró ayer su intención de «dar un nuevo impulso» a la próxima edición del festival. «Después del 60 aniversario, que ha sido un éxito con un repunte de público y venta de entradas, se parte de una buena situación, pero necesitamos renovarnos». En esta línea, Redondo se fija en los festivales de Málaga y Gijón, que asegura que vienen pisando fuerte, y advierte que la Seminci «no se puede quedar atrás».
Redondo, que defiende que el festival no pierda «su esencia» de cine de autor, pretende que tenga un «incremento de públicos» e interese a más gente. «Debemos ampliar su protagonismo a nivel internacional», adelanta. Así, anuncia que se están analizando «nuevas fórmulas» y no descarta «reorientar» algunas cosas.
La concejala de Cultura asegura que su departamento ya tiene la cabeza puesta en la organización de la 61 edición del festival, en el que ya pretende visualizar el «nuevo impulso», aunque también es consciente de que los cambios deben llegar con «una transición suave». Se trata de asegurar que la próxima edición tenga «todas las garantías» para asegurar la calidad y la capacidad de convocatoria que «merece» un festival como el de Valladolid.