Griezmann sale al rescate

AGENCIAS
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El francés salta al campo en la segunda mitad y mantiene al Atlético en la lucha por la Liga

Antoine Griezmann, ausente del once titular por las rotaciones, desatascó ayer al Atlético de Madrid contra el Rayo Vallecano y dio la victoria a su equipo (1-0) con un tanto que permite a los rojiblancos seguir metiendo presión al líder, el Barça.

Son ya 30 goles en todas las competiciones los que lleva el galo, como le llaman sus compañeros, en la temporada más prolífica de su carrera, en la que los ‘colchoneros’ disfrutan de la madurez de un jugador cuyas dianas significan puntos.

El tanto del francés sirvió para rescatar a los de Simeone de su fútbol deslabazado, en el que abusaron del juego largo hacia Correa y Vietto, dos de las siete novedades respecto a la alineación del pasado miércoles ante el Bayern.

 El conjunto del ‘cholo’ apostó por un centro del campo en el que solo repitió Gabi, con Kranevitter en el centro y las alas para el ghanés Thomas y Óliver Torres.

Las imprecisiones fueron la nota dominante del arranque, especialmente en el caso de un cuadro franjirrojo que tuvo dos despistes en los primeros 10 minutos que le pudieron costar caro. Primero, un resbalón de Amaya en el borde del área al sacar el balón del que se aprovechó Vietto para ceder a Correa, pero su disparo se fue fuera.

 En la siguiente jugada, el guardameta Juan Carlos no se entendió con Llorente y Correa fue más listo, pero se complicó a la hora de armar el disparo.

El Atlético, atascado con la presión vallecana en la medular, se empeñó en buscar los balones largos hacia el dúo de puntas, bien resueltos por la defensa rayista, lo que permitió a los de Paco Jémez crecer y asomarse tímidamente al ataque, siempre por la banda de Embarba, que comprometía a Gámez a pierna cambiada.

Un centro del canterano rayista llegó a Miku, que controló con el pecho y disparó a las manos de Oblak. Fue la acción más peligrosa de toda la primera parte.

Los locales no veían la luz. Apenas unos destellos de Óliver Torres cuando entraba en las combinaciones, o los balones sueltos que cazaban Vietto o Correa, pero eran incapaces de hilvanar pases con cierto criterio.

Tras el descanso, Javi Guerra puso en aprietos a Oblak con un remate a pase de Bebé y un centro de Quini que se envenenó hasta el punto que el esloveno tuvo que sacarlo de puños.

Simeone y Burgos, que habían introducido ya tras el intermedio a Koke, reaccionaron de inmediato haciendo entrar a Torres y Griezmann. El efecto fue inmediato. Apenas unos segundos después de haber pisado césped, el galo recogía un balón rechazado y batía a Juan Carlos con un disparo fuerte con la pierna derecha desde el borde del área.

 Con el marcador a favor y las referencias más claras en el juego colectivo gracias a la presencia de Koke, el bloque rojiblanco tuvo la opción de sentenciar el encuentro en un contraataque del francés por la banda derecha, que cedió a Torres para un disparo franco, pero el tiro raso del ‘nueve’ fue detenido por Juan Carlos.

El Rayo de Paco Jémez, que incluyó a Manucho y Piti (sustituido después por el joven Jonathan Montiel ) para ganar presencia en el área y profundidad por la banda, tuvo el balón, pero le faltó concreción en el ataque.

Tuvo que sufrir el Calderón en los 10 minutos finales ante un Rayo volcado cuya mejor ocasión fue un remate de cabeza de Guerra, pero se encontró de nuevo con un Oblak soberbio.