Después de seis meses de complicadas negociaciones, la Dirección de Michelin y la mayoría de los sindicatos firmaron ayer en Burgos el nuevo convenio colectivo, que estará vigente hasta el año 2018 y que afectará a los centros de producción de Valladolid, Aranda de Duero y Lasarte, además del centro logístico de Seseña (Toledo), el Centro de Experiencias de Almería, el almacén de Subirats (Barcelona) y el departamento comercial de Tres Cantos. El convenio no se ha firmado en la fábrica de Vitoria por tener una representación sindical distinta que no acepta la propuesta de la empresa.
El nuevo acuerdo contempla una subida salarial de un 1,5 por ciento para este año y para 2016 y otra del dos por ciento para los años 2017 y 2018. También aumentará un 14 por ciento el plus del sistema 4x8 y un 16 por ciento la prima de disponibilidad.
Además, una de las novedades es la creación de una prima de resultados no consolidable que se pagará cada año en función de los objetivos alcanzados. Podrá ser de hasta el 3 por ciento del salario: un uno por ciento si se alcanza cierto nivel de producción, un uno por ciento si se supera cierto nivel de ventas y otro uno por ciento vinculado a la desviación del IPC.
Sin embargo, uno de los principales avances que dicen haber conseguido los sindicatos es la creación de un plan de previsión empresarial mediante el cual los trabajadores acumularán una aportación cada año del tres por ciento de su salario bruto, pluses incluidos. Según UGT, esta cantidad puede rondar los 1.100 euros al año, que los trabajadores podrán cobrar cuando se jubilen. Eso sí, solo podrán acceder a él los empleados mayores de 30 años y con un mínimo de cinco años en la compañía. Este sindicatos sostiene que la compensación que pueden recibir los trabajadores al final de su vida laboral superará a la retribución de un año trabajado.
También hay novedades para los trabajadores que ingresen en la empresa. El nuevo convenio garantiza que pasarán a ser indefinidos a los dos años (antes podían llegar a tardar seis años para conseguirlo), pero en un primer momento lo harán con un contrato de jornada variable 70/30. Se trata de una cláusula por la que la empresa se reserva el derecho a reducir su jornada y salario al 70 por ciento si baja la actividad. Esta cláusula no desaparecerá hasta el quinto año de antigüedad. Además, si la empresa prescindiera de los empleados antes de llegar a los dos años de antigüedad, estos trabajadores tendrían preferencia en el mismo orden que se fueron en el caso de nuevas contrataciones. Por otro lado, también se ha ampliado el salario de entrada, pero ligado a la formación.
Doce de los trece miembros del Comité Intercentros firmaron el acuerdo: los cuatro de CCOO, cuatro de CSI-F, tres de UGT y uno de USO. El único voto en contra fue el de CGT. Cabe destacar que el periodo de aplicación de este convenio comienza en 2015, por lo que se aplicará con carácter retroactivo desde el 1 de enero de este año.
El representante de UGT en la empresa Fernando Fuentes se mostró satisfecho con el acuerdo alcanzado. Según él, en materia salarial la subida «está muy por encima de lo que se está ofreciendo en toda España». «Igual que nosotros nos hemos apretado los cinturones cuando la cosa iba mal, la empresa tiene que tener gestos cuando pasa lo contrario». El representante de CSI-F Mario Vivero coincide en que es «un buen acuerdo» al que «ha costado mucho» llegar.