España está obligada a derribar el muro iraní

SPC
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El empate ante Portugal exige ahora a los pupilos de Fernando Hierro ganar a la selección persa, que por sorpresa lidera un grupo en el que la diferencia de goles puede ser clave

Entre la necesidad y la ilusión se debate la selección española. En juego se encuentra el liderato del Grupo B, que actualmente lo ostenta sorprendentemente el rival de hoy, Irán. Los de Fernando Hierro buscan su primer triunfo con el nuevo técnico y la esperanza por sostener las buenas sensaciones demostradas en su estreno en el Mundial de Rusia ante Portugal. 

El bloque nacional intentará por todos los medios y a base de goles derrumbar ese muro de los asiáticos, que apelan a conseguir un milagro y clasificarse para la siguiente fase en este campeonato. Superado aparentemente el terremoto que acompañó las últimas horas previas al debut, el equipo patrio se agarra a su intocable estilo de juego para imponerse a las adversidades y demostrar los argumentos por los que es señalado como uno de los combinados a obtener el preciado título. Solo Cristiano Ronaldo fue capaz de frenar una reacción repleta de personalidad.

La destitución de Julen Lopetegui apenas 48 horas antes del arranque, la crisis abierta en Krasnodar y la tensión trasladada a los futbolistas, un penalti en contra nada más arrancar la competición eran condicionantes suficientes para afectar a su imagen. Pero nada logró frenar su esencia e identidad. 

En un Mundial marcado hasta ahora por la incapacidad de selecciones grandes de superar planteamientos de rivales con un teórico papel de menor, la Roja encara hoy en Kazán uno de esos duelos en los que el adversario renunciará al balón, armará un planteamiento defensivo y se verá obligada a buscar variantes. Al toque, deberá acompañar la velocidad y la verticalidad.