Solemne, multitudinario... Y con muchísimo calor. La Procesión del Corpus Christi se celebró ayer ante un sol de justicia por las principales calles del casco histórico.Un centro repleto de ciudadanos que se dieron cita para contemplar la veintena de altares montados para la ocasión por otras tantas cofradías de la capital y donde Santa Teresa de Jesús fue la auténtica protagonista además de las referencias al Santísimo. El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, presidió la celebración litúrgica en la Catedral a las once de la mañana para, una hora después, encabezar el cortejo de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo que, como es tradicional, fue abierto por la Cofradía Sacramental de la Sagrada Cena que alumbró su paso titular de La Sagrada Cena (Juan Guraya Urrutia, 1958) y que, se da la circunstancia, estrenaba ayer las cartelas de la carroza con las inscripciones de todos los apóstoles.
Los altares volvieron a ser el principal atractivo de una procesión que en pocos años ha recobrado el interés de otros tiempos ante el esfuerzo que tanto desde la Diócesis como desde las cofradías han puesto en recuperar esta solemnidad. Es más, hasta el ambiente urbano fue muy propio de esta festividad religiosa porque fueron muchisímos vecinos residentes en las calles por donde transcurrió la procesión los que pusieron colgaduras de distintos colores en sus balcones para arropar más si cabe el paso de la Custodia (Juan de Arfe, 1590). En esta línea cabe apuntar otra de las novedades de la procesión porque debido al mal estado de conservación del denominado ‘CarroTriunfal’ de la Catedral donde va inserta la Custodia, este año hizo las veces la carroza del paso ‘Jesús de la Esperanza’.
Sin duda un día festivo y solemne donde participaron cientos de los niños que durante los últimos fines de semana han hecho la Primera Comunión y que a su vez desfilaban con sus parroquias o cofradías. Un buen número de niños, por cierto, de entre los 3.260 que, según datos del Arzobispado, han accedido a este sacramento en este curso.
Respecto a los altares, una veintena fueron instalados desde primera hora de la mañana por otras tantas cofradías de Gloria y de Semana Santa: desde Fuente Dorada hasta la calle Regalado, pasando por Ferrari, Plaza Mayor, Pasión, Santa Ana, Héroes de Alcántara, Zúñiga, Santiago o Constitución. Santa Teresa de Jesús, coincidiendo el actual año teresiano, fue la auténtica protagonista de unos altares que cada edición están más pensados y trabajados. Pero tampoco faltaron a su cita la patrona y patrón de la ciudad, Nuestra Señora de San Lorenzo y San Pedro Regalado, situados a las puertas de la Casa Consistorial, además de otras imágenes como la Sagrada Familia, la Inmaculada o el Lignum Crucis.
Precisamente, cabe destacar los altares realizados por la Cofradía Penitencial de las Angustias donde, aprovechando varios balcones de los soportales de Fuente Dorada, expusieron a Santa Teresa y un óleo de Santo Domingo de Guzmán, así como, por ejemplo, los altares de las cofradías de la Virgen de San Lorenzo, Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Santo Sepulcro o de las Siete Palabras.
En la homilía, por último, Blázquez aprovechó para convocar a la Diócesis al Congreso Eucarístico previsto para 2016, «que va a ser la forma de sumarse al llamamiento del Papa, Francisco, para dedicar el próximo año a la misericordia». Asimismo, tal y como ha anunciado el vicario, Luis Argüello, el año próximo la procesión contará con más solemnidad si cabe porque será por la tarde.