La UVa aumenta un 46% su alumnado extranjero en tres años

Óscar Fraile
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La Universidad tiene 463 foráneos matriculados en estudios de grado, un 2,4% del total, frente al 4,6 del resto del país

Estudiar en el extranjero es, casi siempre, una experiencia muy enriquecedora desde el punto de vista académico y personal. Para todas las universidades, la capacidad de captar talento de otros países siempre es un objetivo que está encima de la mesa. No en vano, el actual rector de la Universidad de Valladolid (UVa), Antonio Largo, criticó durante el proceso electoral que la institución académica carece, a su juicio, de una oferta adecuada de enseñanza en otro idioma. Ángel Marina, otro de los candidatos, lamentó que en la UVa no exista un reglamento que regule este aspecto.
Más allá de estas limitaciones, la UVa ha conseguido aumentar en los últimos años el número de alumnos extranjeros de grado matriculados en primer y segundo ciclo. Según los datos facilitados por la institución académica, en el año 2014 fueron 309, un año más tarde bajaron hasta los 302 y desde entonces no han dejado de subir: 351 en 2016, 387 en 2017 y 463 en el presente curso. Es un incremento de casi el 50 por ciento en solo tres años. Además, se da la circunstancia de que el aumento de alumnos extranjeros se ha producido en paralelo a un descenso del número general de estudiantes, lo que ha contribuido a que su porcentaje pase del 1,37 por ciento en 2014 al 2,48 por ciento en 2018. Con todo, la UVa todavía se encuentra muy lejos de la media española, que se sitúa en el 4,6 por ciento, según los datos del Ministerio de Educación relativos al curso pasado, últimos publicados.
Esta evolución está en consonancia con el deseo del rector. «Hay mucho margen de mejora, hay que huir del voluntarismo y apoyar institucionalmente la docencia en otros idiomas, porque es un valor formativo añadido y porque nos pone en condiciones de ser más atractivos para captar alumnos extranjeros», dijo hace unos meses. Hasta este curso la UVa impartía un semestre entero en inglés en una facultad del Campus de Soria y dos del de Valladolid: la de Comercio y la Escuela de Ingenierías Industriales. Este año se ha ampliado la oferta con la intención de que sean más los alumnos foráneos que se matriculen en la UVa. La Facultad de Educación se suma a esta tendencia y también contará con un semestre internacional este curso. Es una estrategia para que el idioma deje de ser un lastre en la captación de alumnos. De los 463 extranjeros, 111 proceden de países hispanohablantes.
Sin embargo, China es el país que más estudiantes aporta a la UVa, con 76 en este curso. Los números no siempre responden a una casualidad, ya que en de este año el rector firmó un acuerdo con su homóloga de la Universidad de Changchun, Li Zhiyao, para atraer estudiantes chinos a la Facultad de Comercio, con la intención de que estudien la especialidad de Economía y Comercio Internacional.
Las siguientes comunidades más presentes en las aulas de la UVa son la búlgara, con 70 alumnos; la rumana, con 65; y la marroquí, con 38. Unos números que responden a la propia demografía de la provincia. En total, han llegado estudiantes de 48 países, algunos tan remotos como Uzbekistán.
Uno de los grandes retos para poder ampliar la formación en otros idiomas es conseguir que el profesorado los domine. Y en ese camino se trabaja desde el Centro de Idiomas de la UVa. «Tenemos cursos específicos para profesores y para el personal de administración y servicios que están subvencionados por la propia Universidad», explica la directora del Departamento de Español para Extranjeros, María Nieves Mendizábal. Algunos de ellos son presenciales y otros, online. Este centro estaba reservado hace años a alumnos de la UVa, pero ahora está abierto a todo el que quiera estudiar español, inglés, francés, alemán, italiano, portugués, chino, japonés, árabe o shindi (una lengua habitual en el sur de Asia). «El inglés sigue siendo lo más demandado, pero últimamente tiene mucho tirón el japonés, de hecho, hemos tenido que abrir nuevos grupos y contratar una segunda profesora», añade Mendizábal. Este idioma, al igual que el chino y el shindi, se imparten en la Facultad de Comercio porque allí es donde está el Centro de Estudios Asiáticos.
El Centro de Idiomas, que acoge unos 3.000 alumnos al año, ha conseguido recientemente convertirse en un centro certificador del inglés perteneciente a la red CertACLES.
Por otro lado, el programa Erasmus, concebido para facilitar la movilidad de los estudiantes universitarios, hizo que en el curso 2017/18, últimos datos disponibles, llegaran a la UVa 718 alumnos. En este caso, casi la mitad, un 46, 5 por ciento, proceden de Italia y Francia. Por detrás están Alemania (71), Brasil (41), México (37) y Polonia (26).
La vicerrectora de Estudiantes de la UVa, María de los Ángeles Sobaler, confirma el creciente interés de los alumnos extranjeros por la UVa, «igual que los españoles tienen cada vez más interés en salir fuera». Según ella, Valladolid tiene un potencial importante por ser una zona adecuada para el aprendizaje del castellano, y porque dispone del Centro de Idiomas de la UVa, «aunque a veces los estudiantes extranjeros elijan otras zonas, como Barcelona y Andalucía, por los tópicos, pero si hablamos de formación...».
El Servicio de Relaciones Internacionales de la UVa dispone de una Guía del Estudiante Extranjero en la que ofrece respuestas a las preguntas más habituales que se hacen estos alumnos. Por ejemplo, en qué idioma son las clases, qué nivel de español se precisa para estudiar en la UVa, qué nota obtendrá en su país con los exámenes y si puede prolongar su estancia en la Universidad, entre otras muchas cosas.

Algunos alumnos

1.  Xiaona Dai (China): «Decidí venir a Valladolid porque aquí hay pocos chinos, y eso me obliga a   hablar en español»

Xiaona Dai llegó a Valladolid en 2016 para estudiar el máster de Educación Secundaria y Enseñanza de Idiomas. Ya había estado en España tres veces, y se decantó por esta ciudad porque «quería una inmersión lingüística completa», y en Valladolid lo podía conseguir porque «hay pocos chinos». También pesó en su decisión que se trata de una ciudad «muy bien comunicada» y «con buenos precios» para estudiar. Para ella, los idiomas son «una pasión». Aparte de chino y castellano, domina el inglés y el francés. «De Valladolid también me gustan las tardes de verano, las terrazas, los vinos y la comida», añade. Actualmente colabora con la UVa para atraer alumnos chinos al Centro de Idiomas, pero sabe, por su filosofía de vida, que mañana puede estar en cualquier otra ciudad. «Somos ciudadanos del mundo», recuerda.

2.  Victor Tramelli (Francia): «Mis profesores me dijeron que esta ciudad es el mejor sitio para aprender el idioma»

Victor Tramelli es estudiante de la Facultad de Comercio y llegó a Valladolid a principios del pasado mes de septiembre. «He elegido Valladolid porque no es demasiado grande ni pequeña, y en mi escuela mis profesores me han dicho que es el mejor sitio para aprender español. Victor es natural de Guérande, una localidad próxima a Nantes y muy cercana a la costa. Aunque ahora está centrado en sus estudios de Comercio, no descarta desarrollar una carrera profesional en España si tiene la oportunidad de hacerlo. «El proyecto que tengo es terminar mis estudios en España y, por qué no, trabajar aquí», asegura. Después de visitar «muchas ciudades», asegura que le encanta lo que ha visto de Valladolid. «Si tengo la oportunidad, voy a seguir con mi vida en España», concluye.

3.  Valentina Catanzaro (Italia): «Aquí puedo volver sola a casa a las cinco de la mañana sin  tener miedo, no como en Palermo»

Valentina Catanzaro es estudiante de Ciencias de la Educación en su país natal: Italia. Nació en Palermo hace 24 años y ahora cursa la especialidad de Pedagogía. Como parte de este proceso, obtuvo una beca Erasmus para cursar en la Facultad de Educación y Trabajo Social de Valladolid tres asignaturas. En su caso, no pudo elegir ciudad, porque era la única opción que daba su Facultad, pero está encantada con Valladolid, pese a que solo lleva aquí dos meses. «Me siento muy segura, puedo volver a casa a las cinco de la mañana sola sin temor a que me pase algo, no como en Palermo y, además, todo está cerca de casa», dice. Su contrato finaliza en febrero, pero a ella no le importaría prolongar su estancia aquí, aunque sea a costa de trabajar en algo que no esté relacionado con su formación.

4.  Ramadan Latef (Libia): «Estoy a gusto aquí, es una ciudad tranquila, pero mi objetivo es volver a Libia para ser profesor de español»

Ramadan Latef comenzó en Libia, su país de origen, sus estudios del castellano. En septiembre de 2012 llegó a Valladolid para perfeccionar sus conocimientos. «No conocía esta ciudad, pero me dijeron que era la mejor para aprender», recuerda. Estuvo siete meses en el Centro de Idiomas de la Universidad de Valladolid y después cursó estudios de filología y dos másteres. Uno de ellos, aunque no es oficial, versa sobre la enseñanza de español como lengua extranjera. «Estoy muy contento aquí porque esta ciudad es muy tranquila, como mi país, pero mi objetivo es volver a Libia para ser profesor de Español, aunque no lo haré hasta que la situación allí sea mejor», explica. Ramadan destaca la importancia de no limitar el aprendizaje al ámbito académico. «Hay que salir a la calle y hablar con la gente», dice.