La CUP acorrala a Artur Mas

AGENCIAS-SPC
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La insistencia de los 'radicales' en romper ya con España y su negativa a que sea 'president' ponen en jaque al barcelonés, al que el Gobierno pide que no se contagie de la desobediencia

Conforme pasan los días, e incluso las horas, la posición del presidente en funciones de Cataluña, Artur Mas, es cada vez más delicada, hallándose en un callejón sin salida tras las propuestas emitidas el pasado jueves por la CUP, como la salida de la UE -sobre cuya pertenencia lleva haciendo bandera desde hace años-, la moratoria de todos los desahucios, la persecución de las empresas energéticas y sus «beneficios pornográficos»... o que él no lidere la Generalitat, puesto que su cúpula se reafirmó en lo que lleva defendiendo desde la campaña electoral:que el barcelonés se queda fuera.

Por mucho que su subordinado en CDC y coordinador del grupo parlamentario de Junts pel Sí (JxSí), Jordi Turull, considerara tras la conferencia de los radicales -a la que asistió como invitado- que fue «positiva», y que su plataforma no renunciará a la figura del convergente como president, las palabras de ayer del número uno de la candidatura, Raül Romeva, no le deben invitar precisamente al optimismo, ya que el exeurodiputado de ICV afirmó que comparte la importancia que pone el bloque de extrema izquierda en priorizar el qué, cómo y cuándo avanzar hacia la creación de una república catalana, por lo que pidió no supeditar todo ello a «quién» debe estar al frente. Sobre su líder calló.

Yes que en esta auténtica deriva soberanista, todos los actores tiene un objetivo muy nítido:la secesión. Parece que el jefe del Ejecutivo catalán desde 2010 pensaba que, con el triunfo en las urnas del 27-S, estaba más que legitimado para repetir en el cargo, pero es posible que el acuerdo suscrito con sus compañeros de aventura;ERC, Ómnium y ANC, entre otros, se quede en papel mojado.

Existe también una clave, y es la de los tiempos. Mientras Esquerra y Convergencia proclamaban a los cuatro vientos que habría una «desconexión» paulatina de España que duraría en torno al año y medio, según su hoja de ruta, parece que la CUP, que no la apoyó, no quiere esperar tanto. 

Así, el cabeza de lista de los radicales, Antonio Baños, se mostró partidario de que el Parlament, una vez constituido, empiece a «desobedecer» sentencias del Tribunal Constitucional (TC), así como la ley Wert, antes de la investidura del presidente puesto que «dispone ya del mandato» para hacerlo. Según indicó, la nueva Cámara autonómica surgida de las urnas el pasado 27-S tiene que hacer «los gestos necesarios de ruptura» con el Estado español, y «debe empezar a hacerlos antes de decidir quién» preside la Generalitat.

santamaría. Mientras, en La Moncloa, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se dirigió a Mas para pedirle que no se deje «contagiar» por los planteamientos rupturistas y de desobediencia a la legalidad de la CUP, «alejada de la voluntad de la mayoría».

«Si los mandatarios no cumplen la ley, cómo van a pedir al resto de los ciudadanos que la respeten», se preguntó la vallisoletana, que añadió:«Para gobernar, uno no se tiene que someter a minorías y a programas que son de abierta desobediencia al marco de convivencia». Así recordó que el 53 por ciento de los catalanes le dijo no en las urnas a los planes independentistas de Junts pel Sí, y que la CUP solo recibió 300.000 votos, el 8 por ciento del total. Por eso vio «muy llamativo» que el programa de esa formación minoritaria se pueda acabar convirtiendo en el de la Generalitat. «Aunque sea un partido antisistema, nadie está por encima de la ley, y el Estado tiene mecanismos para hacerla cumplir».

Para colmo de males, la economía catalana atisba el precipicio, ya que la agencia Standard & Poor’s rebajó la calificación de la deuda y el crédito a largo plazo de Cataluña de BB a BB-, manteniéndose en grado de bono basura y con perspectiva negativa. Este es el prólogo de una legislatura que, en breve, echará a rodar.