La Santa Sede suma dos nuevos cargos a Blázquez y se abre el debate de un posible obispo auxiliar

Luis Amo
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El Papa designa al cardenal vallisoletano miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe y del Consejo Pontificio de la Cultura

Confianza plena. El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez Pérez, fue nombrado ayer miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe y del Consejo Pontificio de la Cultura. Un año después de su designación como Presidente de la Conferencia Episcopal Española y tras dos meses de la creación de cardenal por parte del Papa Francisco, la Santa Sede anunció los nuevos miembros de los dicasterios de la Curia Romana, destacando de entre diecisiete nominaciones el prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el cardenal Dominique Mamberti, y la de miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe a Blázquez.


La Congregación para la Doctrina de la Fe es la más antigua de la nueve congregaciones de la Curia, siendo fundada por Pablo III en 1542 con la Constitución ‘Licet ab initio’, para defender a la Iglesia de las herejías. Además es la más importante porque tiene la finalidad de «promover y tutelar la doctrina de la fe y la moral en todo el mundo católico». Está compuesta por 23 cardenales, arzobispos y obispos, y tiene por objeto velar por la recta educación de la doctrina de la fe.


Junto a esta designación, la Santa Sede también le nombró miembro del Consejo Pontificio de la Cultura que fundado en 1982 por Juan Pablo II, trata de que la cultura se haga eco regularmente ante la Santa Sede de las grandes aspiraciones culturales del mundo actual, analizando en profundidad las expectativas de las civilizaciones contemporáneas y explorando los nuevos caminos del diálogo cultural.


Así, estos dos nombramientos pueden traducirse en la absoluta confianza que sigue depositando el Papa sobre la tarea de Ricardo Blázquez en el seno de la Iglesia Católica y la suma de responsabilidades, es decir, el aumento de carga de trabajo al prelado vallisoletano. Junto a éstas responsabilidades, hay que enumerar también que es miembro de la Congregación para la Vida Consagrada. Con todo, con este nuevo ascenso, se reabre el debate entre la curia vallisoletana sobre un posible obispo auxiliar hasta el punto de que se postula cada vez más la necesidad de que Blázquez delegue más los temas pastorales vallisoletanos en un sacerdote que esté siempre aquí.


El debate se reabre ante la acumulación de tareas, de reuniones o de encuentros a los que Ricardo Blázquez tiene que asistir a razón de todos sus cargos: su presidencia de la Conferencia Episcopal le requiere al menos una vez al menos en la ComisiónPermanente, al menos una vez al trimestre en la ComisiónEjecutiva y al menos dos o tres veces al año en el Plenario. La Congregación para la Doctrina de la Fe se reúne al menos una vez al mes y las convocatorias del Consejo Pontificio de la Cultura son más reducidas. A todas estas reuniones cabe destacar su agenda diocesana en Valladolid, si bien en los últimos tiempos cabe señalar que algunas convocatorias ya han estado presididas por el vicario general, Luis Argüello García.Se da la circunstancia, asimismo, que este sacerdote vallisoletano es el que se postula como posible obispo auxiliar dado su alto conocimiento de la Diócesis y también por su cargo dentro del organigrama, aunque no es menos cierto que el nombramiento, si es que finalmente existe, podría ser incluso hasta una persona de fuera de Valladolid.


Junto a estas designaciones hechas públicas ayer, hay otros vallisoletanos con puestos de relevancia en Roma: el rector del Seminario Diocesano, Aurelio García Macías, es consultor de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y, por otro lado, destacar que la semana pasada la Congregación para el Clero de la Santa Sede nombró al vallisoletano José San José Prisco nuevo rector del Pontificio Colegio Español en Roma.